Gente que se dio una vuelta


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10 de mayo de 2010

Sentipensante II o pensisentiente I

Otra cosa que me quedó resonando gracias al artículo que decía de Alejandro Rozitchner: cómo en el imaginario tenemos al "bueno" separado del "alegre" o del "que sabe gozar". No creo que este desligue sea inocente, me pongo a bucear un poco y encuentro:


  • el bueno suele ser tan abnegado que no conoce más gozo que dar.
  • en parte (sólo en parte) está identificado con lo asexuado.
  • no le conocemos el lado b, es casi monocromo.
  • suele tener subdesarrollado el intelecto o hiperdesarrollada la voluntad. De aquí que es a-crítico.
  • pospone continuamente sus necesidades o no sabe cuáles son.
  • no puede/quiere creer que haya otro modo de hacer algo.


Y descubro que este perfil corresponde a un "tipo" de bondad: la esperable en una monjita de fines del siglo XIX, mediados del XX: obediencia inmediata, celibato o virginidad, mucha piedad, poca cosa en la cabeza que no sean manualidades o recetas y avemarías. Y este "tipo" se impuso o lo compramos medio de manera hegemónica.


Claro, con semejante panorama, ni a palos tengo ganas de ser bueno. Qué horror.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Monocromo,hiperdesarrollada la voluntad.

Muy cierto, muy agudo. A veces voy solito para ese lado. Lo difícil es cambiar.

Abrazo, Juan G