Gente que se dio una vuelta


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30 de septiembre de 2013

Recorrido

"Vuelvo, quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia.
Conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo".

          Mario Benedetti, Quiero creer que estoy volviendo

Me venía esta estrofa de don Mario. Esta sensación de volver casi de memoria, sorprenderme. Con lo bueno, lo malo, lo mejor y lo peor de mi historia.

Cada tanto vuelvo a acordarme de este poema casi como un mantra. Entre idas y venidas, despedidas y bienvenidas simbólicas o reales, lo vuelvo a transitar.

Sirve para duelos, nacimientos, quiebres o uniones. Hay un retorno renovado, una sorpresa vieja. Con esa sensación de estar mirando el mismo paisaje en otra estación. Con otros colores. Otra luz.

Vuelvo, igual pero no el mismo. El mismo pero no igual.
Vuelvo.

29 de septiembre de 2013

De un lado a otro.

Vivir para colmar las expectativas ajenas agota.
Vivir para sólo para las expectativas propias es despiadado.

Está bueno saber que otros/as se alegran con mis progresos, se sienten parte de ellos.
Está bueno reconocer que, gracias a otras/os es como puedo, pude, podré lograr muchas cosas.

Es necesario tener cercanos, compañeras y compañeros de caminos .
Es necesario que esta cercanía se mantenga a cierta distancia óptima para no invadir.

En el medio, intentamos.

28 de septiembre de 2013

Marca de origen

Días atrás Pilar me envió un link (http://parenting.blogs.nytimes.com/2013/09/18/will-a-black-name-brand-my-son-with-mug-shots-before-hes-even-born/?emc=eta1&_r=0). Lo escribe una mujer de raza negra, embarazada, que al pensar un nombre para el hijo varón que está esperando, ve que en Google las imágenes de quienes llevan ese nombre son varones negros, posando para las fotos policiales.Eso la hace pensar cómo un nombre puede marcar -para mal, prejuiciosamente- el futuro de su hijo.

Me llevó a recordar cómo, en sectores populares, abundan los nombres de origen inglés: Kevin, Jonhatan, Jeniffer, Brian, por nombrar algunos. Y si son David, Berenice, Isaac, Elizabeth o Emmanuel, suelen pertenecer a alguna iglesia evangelista pentecostal.

En la nota de Nikisia, los nombres étnicos hacen alusión a un origen racial. Los nombres que se me presentaban se dan más seguido en un determinado sustrato. Simbólicamente, sin embargo, creo que apuntan a salir, despegar, superar. Como si el nombre permitiese crear, desear una realidad otra, diferente, mejor.

27 de septiembre de 2013

Viejos miedos viejos

No veo películas de terror. Me dan miedo. Sí, ya sé que son películas. Me dan miedo igual. Nunca me gustaron. Cuando de adolescentes, con las primeras videocasetteras, nos juntábamos en patota a mirar una película, rogaba a los dioses que no fuese de terror. No siempre era escuchado, debo decirlo.

Después, si tenía que volver solo a mi casa evitaba mirar hacia los costados, iba por el medio de la calle, caminando rápido. Al abrir la puerta, no quería mirar el espejo -todos sabemos que en los espejos aparecen los fantasmas-.

Me cepillaba los dientes sin levantar los ojos del lavatorio. Esperaba que detrás de la cortina de la ducha apareciese algún muerto. O un asesino. Cuando me metía en la cama, podía escuchar hasta la respiración de las polillas. El monstruo podía estar en cualquier parte.

Ya más grande, aunque no más maduro, sigo sin verlas. Aunque el monstruo que acecha en la bañera o el fantasma del espejo tengan caras familiares: la mía, entre otras.

26 de septiembre de 2013

En el aire

Azahares. Eso es la primavera. Nada más que el aroma a azahares. 

Quedan bastantes naranjos en las veredas. Unos pocos limoneros en los patios. Quedan los azahares en primavera. 

Me dan alegría. Me recuerdan agradecer tener buen olfato. Me traen un poco del barrio, de mi casa, de caminar al cole a la mañana o por Libertador al mediodía. De algunas calles de San Fernando.

Me recuerdan -como la luna creciente, como los árboles en otoño, como las rutinas de cada mañana, café y ducha- que hay cosas que tienen orden, ciclos. Que me ordenan.

25 de septiembre de 2013

Palabras soñadas

La noche del sábado al domingo me desperté varias veces. En verdad, más que despertar es ese momento en que dejás de estar profundamente dormido, pasás a otro plano más consciente, sabiendo que estás en tiempo de sueño, de dormir, y volvés al sueño más profundo. Eso. Varias veces.

Cada vez que me medio despertaba resonaban tres palabras. No sé si las oía, las leía, si tenían que ver con el sueño que soñaba. Eran tres, pero sólo registré, sólo me quedó grabada la palabra aún. Era aún de "todavía", con acento. No aun de "hasta". Las otras dos palabras no las puedo recordar, están borrosas, en un segundo plano.

¿Cuál es o era el aún con el que soñaba? ¿Cuáles son los aúnes de mi vida? ¿Son resignados, esperanzados, perseverantes, tozudos, inocentes? ¿Es un aún como de mientras tanto o un aún más definitivo y definitorio?

Creo que no había soñado antes con palabras así, sueltas.
Estoy a la escucha, intrigado. Abierto.

24 de septiembre de 2013

Vade retro

Dicen que la gente del interior tiene una espacio personal más amplio que los de ciudad. En la ciudad
andamos más amontonados, entonces charlar con alguien a menos de medio metro de distancia no es problemático. Para alguien desacostumbrado a la promiscuidad del 60 o del tren, es casi una invasión. No, casi no: es una invasión territorial.

Alguna parte mía debe ser del interior, parece... Cuando para hablar se me agarran del brazo como si temieran que fuera a huir, me pasa exactamente eso: quiero escapar. Cuando se me acercan dos pasos -innecesarios para mí-, retrocedo tres. A ver: te veo perfecto, te escucho bien, hasta puedo olerte: ¿qué más?

No es solo con el espacio físico. Necesito el espacio "entre" para existir, para ser. Para respirar.

23 de septiembre de 2013

Senderos

Elegir. Optar. Escoger. Preferir. Seleccionar.

Veo y constato, contra mis propias suposiciones y prejuicios: no está todo dicho cuando se refiere a las personas. El origen, la historia condicionan, no determinan. 

En las personas hay un espacio inocente, original, incontaminado que tiende a la luz, a lo bueno, a lo que sana, potencia, redime.

¡Qué tarea enorme descubrir -en mí, en toda persona- ese espacio!
Qué desafío desmontar, limpiar, desmalezar, despejar lo que nos aparta u oculta este centro.

Encontrado, abrirnos a la libertad honda. La que nos hace plenos.
Humanos. Humanizados.

22 de septiembre de 2013

Vamos de paseo

Me gané dos entradas para ver Bom Bim Bam, obra de clowns inspirada en cosas de Beckett -absurdo, repetición, palabras deformadas-. Fuimos con Manu en la primer salida solos en sus 5 años. Una obra para chicos, llena de guiños para los grandes. Teatro pequeño, tres actores buenísimos.

Caminamos bajo la lluvia. Vimos el Obelisco. Cruzamos por la senda peatonal pisando sólo las rayas blancas. Jugamos a las estatuas. Nos admiramos con las marquesinas de los teatros. Saludamos a las cámaras de seguridad. Después del teatro tomamos algo: un submarino enorme él, un café yo. Charlamos sobre qué nos gusto más de lo que vimos.

Tomamos el subte. Volvimos en tren. Frente a nosotros, dos nenes de 9 y 12. Nos pusimos a charlar -ellos empezaron- de fútbol, salidas, familias, colegios, autos, nuestras casas, montañas rusas... Cuando nos bajábamos, nos saludamos como viejos conocidos.

Momentos en que todo está magníficamente bien.

21 de septiembre de 2013

Drama 2.0

Una mujer está sola. Espera el colectivo en la esquina diagonal a donde espero yo leyendo. Medio de reojo veo que se mueve mucho, de un lado a otro. No deja de mirar su celular. Gesticula. Teclea/digita con furia. Guarda el aparato. Lo saca y vuelve a leer. Da un par de pasos para un lado. Para el otro. Escribe. Se queda atenta. Pasa la mano por el pelo, desde la frente hacia atrás. Lee. Se apoya en la pared. Empieza a lagrimear. Se seca con el reverso de las manos. Llega el 333 de mi lado.

En cinco, ocho minutos a lo sumo, algo sucedió que la llevó de la inquietud al llanto, de la bronca a la impotencia. De pronto la historia de mi libro pasó a ser irrelevante ante las que puedo suponer a partir de lo que vi. 

20 de septiembre de 2013

Pasajero en tránsito

Muchas veces sueño que estoy viajando. Conozco medio mundo: Alemania, Inglaterra, México, España, República Checa, El Salvador, Australia, Sudáfrica, Egipto, Costa de Marfil, Islandia,
Canadá.

Subí a la torre Eiffel y me dio vértigo. Estuve en el museo Auschwitz y se me hizo un nudo en la garganta. Nadé en la Polinesia entre corales. Vi el atardecer en Santorini tomando ouzo. Hice parte del camino de Santiago con otros. Fumé Cohibas en Cuba, en el malecón de La Havana. Cursé algunas materias en universidades de la Ivy League pero no sé cómo me fue.

Estos viajes salieron de charlas en las que la envidia me carcomía, de películas, de fotos, de lecturas, de deseos. Me acuerdo ser chico (primeros años de la escuela) y soñar recurrentemente que iba a visitar a mis tíos en Estados Unidos. No siempre llegaba: despertar era frustrante. 

Me alegra que mi sedentarismo crónico tenga una veta más nómade, viajera, curiosa.
El deseo que impulsa la vida, creo.

19 de septiembre de 2013

Big Bang

La ilusión moderna de un mundo que gracias a la ciencia y el conocimiento caminaría inevitablemente hacia la superación del mal y los males, fracasó. Los optimismos del Iluminismo, las esperanzas de los cientificistas, quedaron a medias. O menos que medias.  
Podemos combatir más y mejor un montón de enfermedades. Ya -casi- nadie muere de enfermedades que eran mortales en el siglo XIX. El conocimiento está al alcance de un teclado de computadora. Del disco de pasta pasamos al mp3. Del cine mudo, revolucionario, al 3D con sonido envolvente y no sé qué más. Del burro al avión hay una distancia sideral. Del hacha de pedernal a las armas químicas, años luz.

Más velocidad, más conocimiento, más salud, más tecnología. 
Y el ser humano, más veloz, sano, con más salud y conocimiento, sigue dividido entre elegir el bien o el mal, sumar o restar, dar vida o quitarla.

Falta mucho camino. Vamos.

18 de septiembre de 2013

Descartables II

Meses atrás el asesinato de una chica de 16 años y el hallazgo de su cadáver fueron un show mediático que abarcó desde noticieros, pasando por diarios, revistas y hasta los programas de chimentos. A las horas de desaparecida ya su ausencia había invadido las redes sociales y las pantallas.

No pasa día sin que haya alguna nota del caso, aunque no haya novedades. Nena de clase media/media alta, de Capital, Colegiales, escuela privada, familia ensamblada.

Ayer se encontró en Chubut, en un barrio periférico de Comodoro Rivadavia, se encontró el cuerpo de otra nena de 11, en un descampado: Yasmin Chacoma había desaparecido el sábado. No leí ninguna noticia previa al hallazgo del cuerpo en los medios más leídos. El noticiero no le dedicó tiempo. 

Hagan la prueba: de más de 1.600.000 páginas a menos de 2000. Ok, pasó más tiempo de una que de otra, puede haber más datos... 
Pero creo que hay algo más. Mucho más.

17 de septiembre de 2013

Descartables

Ni pañales ni pañuelos. Ni botellas ni vasos. Ni guantes ni jeringas.
Gente. Gente descartable.

Mucha preocupación por los excesos de basura plástica, poca por quienes viven como basura. Justificamos: eligen vivir así, son peligrosos, pobres, delincuentes, locos, chorros. 

Algo no anda bien cuando nos preocupa y conmueve más -digo "más", no "solamente"- un perro en la calle que un pibe en la calle.

Hay quienes con vocación y entrega admirable nos enseñan a cuidar el planeta, nos alertan, nos alarman.
¿Dónde los que nos convenzan de cuidar a los hermanos, a las hermanas?

Rara ecología. Rara humanidad.

16 de septiembre de 2013

Peso específico

Si fuéramos la mitad de buenos de lo que creemos ser, otro sería el cantar...

Si blanquéaramos una cuarta parte de la oscuridad que tenemos y nos negamos a reconocer, veríamos un poco más claro.

Vivir en la verdad o cerca de ella es incómodo. Es como la balanza de la conciencia, que acusa nuestro exceso. O nuestra falta de consistencia.

No somos tan perfectos como quisiéramos. Ni tan demoníacos como a veces creemos.

Pero de un tiempo a esta parte, hasta las balanzas mienten.

15 de septiembre de 2013

En-tramando

Un ritual de la infancia: ayudar a abuela a destejer un sweater, un saco. Por la tarde o la noche, mirando tele.
Ovillar la lana que luego se reciclaría -esa palabra no existía todavía, se decía "no desperdiciar"- en algo nuevo, nacido de lo viejo, para abrigar el próximo invierno.

Una imagen de la adultez: desovillar y desenredar, volver a ovillar, entretejer y reciclar no ya lanas sino personas, historias, vínculos. Para abrigar y cobijar la vida propia y ajena.

Hay quien teje, quien desenmaraña, quien corta, quien mide, quien usa.
Los ovillos van, vienen, cambian. Cambia el punto o el diseño, las agujas.
Permanece la costumbre de hacer y ser con otros.

14 de septiembre de 2013

un, dos tres... probando

¿Recuerdan cuando oyeron por primera vez el sonido de su voz grabada? Nada que ver con la que nos oímos, pero es la que los demás oyen.

Tuve esa revelación alrededor de los 10 años, cuando en un TDK que me había regalado mi hermana para grabar no recuerdo qué, probé mi voz. Medio aguda, la mía, no tan baja como la creía. Pensé que era el grabador andaba mal. La llamo a mi abuela para que escuche. Confirma que sí, esa es mi voz.

Si eso nos pasa con la voz, ¿cuánto más con nuestros gestos, palabras, actitudes? ¿Quién garantiza que lo que sale de nosotros, tal como percibimos que sale, es recibido por el otro, la otra? Y al revés, claro...

¡Cuánto ruido en el medio, por los dioses...!

13 de septiembre de 2013

Silencio de radio

Siendo medio tarde, suena el teléfono. Atiendo con aprehensión. Los llamados antes o después de cierta hora me resultan ominosos: una muerte, algún accidente, no sé.

Atiendo. 
-Hola, ¿hablo con la radio?

Uf, qué alivio.

-No, te equivocaste de número
-¿No es la radio?
-No, ya te dije que estás equivocado.
-Perdón, buenas noches.
-No hay problemas, chau.

Vuelvo a la película que estoy mirando. Suena de nuevo.
-Hola, ¿hablo con la radio?
-No, te equivocaste de nuevo.
-Uy, perdón.
-Tá bien. Chau

No alcanzo a sentarme que ya está sonando.
-¿Es la radio?
-Sí, ¿qué querés?
-Llamo para pedir un tema.
-¿Cuál?
-Cualquiera de Los Nocheros.
-Dale, hasta luego.
-¡Gracias!

Sí, ya sé, no está bien mentir. Pero si no te das cuenta que las tres veces te atiende la misma persona, qué sé yo. Me parece que por más que te explique no vas a entender.
Me vuelvo a concentrar en la película. Pasa un rato y vuelve a sonar el teléfono.

-Hola. Ya con voz de "me cansaste".
-Sí, hola, ¿cuándo me van a pasar el tema?

Me doy por vencido.

12 de septiembre de 2013

Informe de deformidad

Me golpeó en la nuca y en el pecho a la vez. Terminé de leer El informe de Brodeck, de Phillipe Claudel. Un informe que son dos: el que Brodeck hace de un crimen y el  de su paso por los campos de concentración.

Un lugar no determinado, una aldea casi no tocada por la guerra, unas palabras medidas con cuentagotas.
El tiempo de la narración que va, viene, se entremezcla. Un tema/escena que comienza, da paso a otro, se retoma, no cierra. Las complicidades tácitas, el tufillo a podrido que no se termina de saber de dónde viene.

Algo me hizo eco. No sé si la maldad que se multiplica solapadamente, la imposibilidad de enfrentarla por oculta, la debilidad del menos malo, la huida del horror.

Algo me hizo eco, sí. Si lo leen (o leyeron), cuando vean por qué mataron al Anderer, puede que ahí haya alguna pista. Algún eco.

11 de septiembre de 2013

In my head

Antes de dar un paso en falso hay quienes prefieren no dar ninguno. Muchas veces me encuentro entre esos. La inseguridad, la autoexigencia, la mirada crítica sobre todo y sobre mí mismo, el perfeccionismo, la mentalidad "todo o nada", el temor al ridículo o a la catástrofe. Mil razones para la parálisis.

Tema en terapia -incluso desde siempre, antes de terapia-: cómo acallar la voz interna que dialoga/monologa todo el tiempo, todo el tiempo, todo el tiempo. Hasta tengo ubicada dónde (me) habita: en la cabeza, sobre la línea superior de la cuenca de los ojos, un poco a la derecha.

Dice, se desdice, se responde antes de preguntarse. En este mismo momento se pregunta, me pregunta, si no será exponer demasiado. Si no será que es mejor disimularla.

Otras personas viven sin tanta autoconciencia, más relajados. De cuando en cuando me sale un par de minutos. Por suerte mi felicidad no depende de esos minutos.

10 de septiembre de 2013

Pequeños monstruos

Ya lo dije, ¿no?, ¿que la mezquindad me parece una de las peores características que pueda tener una persona?

Sin pretender que todos seamos la madre Teresa o que nos inmolemos por el bien de la humanidad, la gente que tiene alma pequeña, espíritu mínimo, me desalienta. Es como si no hubiera manera de provocar algo más, de estirar la mirada...
  • Las personas que no son capaces de ver el bien común sobre el propio
  • Las que no hacen más que buscar la ventaja
  • Las que demonizan a otros/as por género, clase, raza
  • Las que hacen como que no ven
  • Las que son incapaces de ponerse en el lugar de ningún otro

Mezquinos. Avaros.
Fugitivos de la grandeza humana.

9 de septiembre de 2013

Parte del paisaje

Un sin-techo de la ciudad de Bs As había desaparecido días atrás. Que lo había levantado el gobierno de la
Ciudad, que lo habían internado en hospitales donde no está asentada su entrada, que cuando reapareció (?) en otro hospital tenía signos de haber sido golpeado, que finalmente ha muerto...

Pueden ver la crónica y algo más acá: La muerte de Pechito Ferreriro http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-228581-2013-09-08.html.

En una ciudad enorme, despersonalizante e impersonal como Bs As que un croto sea noticia, sea buscado por los vecinos, sea lamentada su muerte, se investigue -con mucha carga política, sin dudas-, se perciba su ausencia, es un signo. Algunas personas se dejaron tocar por este hombre en situación de calle: este pobre y desclasado tuvo vínculos. Fue alguien-para-otros.

¿Cuántos Pechitos anónimos hay?

8 de septiembre de 2013

Ni muy muy, ni tan tan

Cursando en la facultad la licenciatura me anoté en un proseminario de Matrimonio y Familia. Una de las expresiones preferidas del profesor era narture, conjunción de nature -entendiendo naturaleza, lo dado- y nurture -entendido como lo cultural, lo construido, lo aprendido-.

La discusión de fondo era qué cosas en varones y mujeres son naturales y cuáles sociales, aprendidas, culturales. Como tangenciales aparecían los diversos modelos familiares, las diferentes aproximaciones a qué constituye como tales a un varón o a una mujer, cuánto en el rol es aprendido o impuesto como norma.

Debo reconocer que pese a ser un varón mayor y de corte conservador, el profe tenía algunas cosas interesantes: por lo pronto, desconfiaba de la naturaleza como lo puramente dado, porque no existía más que como idea platónica: sólo vemos y experimentamos naturalezas nutridas. Era lo más lejos que podía llegar. Si daba un paso más, su formateo mental lo obligaba a frenarse.

15 años después recuerdo casi nada de ese curso. Pero recuerdo eso: ni siquiera lo más común a los seres humanos -la naturaleza- hay que darla por supuesto. 
Hasta las mismas palabras para definirlas son nurture, cultura, aprendidas.

Enorme desafío a la libertad y a la creatividad.

7 de septiembre de 2013

Dona nobis pacem, Domine

Francisco, el papa, convocó a católicos, cristianos de otras iglesias, religiones no cristianas, y personas de
buena voluntad a tener hoy una jornada pidiendo por la paz. La posibilidad del ataque a Siria ha sido el disparador de este pedido y de este gesto.

Cada quien a su modo, según su tradición, costumbre o pertenencia religiosa (o no) está invitado a rezar, ayunar, reflexionar. Algún líder religioso islámico ha replicado la invitación. Agrupaciones políticas invitan a Plaza de Mayo. La Plaza San Pedro en el Vaticano también tendrá su convocatoria. Otros lugares congregarán. Muchas personas lo harán por su cuenta.

Como creyente me sumo. Pero aclaro: Dios no quiere otra cosa que la paz y la vida plena para sus hijas e hijos. Es decir: no hay que pedir la paz como si hubiese que convencer a una deidad airada.
Somos nosotros quienes debemos convertirnos de nuestra violencia. Pedir, orar, rezar, ofrecer que otros y otras elijan la paz.

Dios la eligió hace rato. Nosotros de a ratos.
Si no convertimos esa imagen de dios, difícil que nos convirtamos nosotros.

6 de septiembre de 2013

Aire puro

Tiempo atrás cuando entraba a casa -se entra por la cocina/lavadero- me encontraba con un olor que al principio era extraño y con los días, desagradable. Buscaba dentro de la heladera, en el horno, en el cesto de la basura. Nada que justificase ese olor. En una lucha contra las náuseas me puse a ras del suelo, olfateando, como un perro.

Se había caído un poco de basura debajo del lavarropas. Probablemente, la señora que viene una vez por semana a hacer la limpieza, al cerrar la bolsa dejó caer algo sin darse cuenta. Nada terrible. Fue limpiar y listo, ventilar un poco y luego desodorante de ambientes.

Se me presentaba...

Como hay quienes son así: contaminan, ocultamente, el ambiente. Van pudriendo/pudriéndose y llenan de mal olor su espacio. Puede que sea un modo de dispersar responsabilidad o culpa o de boicotear a los demás, más "limpios".

Se me presentaba...

Como hay cosas en nosotros que hacen eso: están en algún rincón olvidado (o no) de nuestra historia y nos tiñen la mirada, los ánimos, las esperanzas.

Olfatear, ubicar, limpiar, ventilar.
No me banco el aire viciado.

5 de septiembre de 2013

De un tiempo a esta parte

Cuando los prejuicios gritan y se interponen, es virtualmente imposible cualquier encuentro, acuerdo, acercamiento. Lo que sea que forme el preconcepto se interpone inevitablemente y derribarlo, convertirlo, despejarlo es una tarea casi titánica.

Tengo varios de cosecha propia, así que sé de qué hablo. De varios me pude deshacer y me alegro. Otros pasaron de prejuicio a certeza. Con esos ya ni me gasto.

En un tiempo lo vivía con cierta culpa: no puede ser que con tal no pueda dialogar, acordar, encontrar una manera de acompasar un par de pasos.

Más libre y liberado (me) digo: gracias a los dioses que con tal no puedo dialogar, acordar o acompasar pasos. Estaría siendo infiel a mis principios, opciones y camino.

Al fin  y al cabo, es lo que importa.

4 de septiembre de 2013

"el que me abrió los ojos"

"el que me abrió los ojos" (cap 9 del evangelio según Juan)

Al principio la luz molesta, por más que se la haya deseado. Ver/conocer/saber con la luz que trae atraviesa la pupila, el alma, la mente y se mete por lugares hasta entonces dormidos. Molesta. Duele, incluso. Se mueven esquemas adquiridos como inamovibles.

No hay vuelta atrás. Cuando ves algo claro es imposible volver atrás. No hay vuelta atrás, repito.
Es casi imposible pensar, mirar, sentir desde otro lugar. La venda cayó, desapareció la ceguera. Actuar de acuerdo a la visión nueva.

No quita que de a ratos den ganas de cerrar los ojos.

Eso sí: no permito que quien está ciego me diga cómo mirar.
He dicho.

3 de septiembre de 2013

In my dreams

Ríanse, no más. Pero desde hace casi 40 años tenía la misma almohada. Ayer me compré una nueva, inteligente le dicen. Liviana, inodora, antialérgica, cervical y no sé cuántas cosas más.

La otra, creo, que la había hecho mi abuela. O al menos, le renovó varias veces las fundas. 

Me acompañó en mudanzas -y no sólo geográficas-. En mi insomnio le he pegado para descargar impotencias. 
Debe tener, calculo, 26280 horas de lectura (36 años hace que leo, a dos horas por noche). La he abrazado para dormir -no por soltero, por costumbre-. La revoleé en verano, porque me daba calor. La mojé auténticamente con sangre, sudor y lágrimas. Hundí la cara en ella para gritar. La extrañé en los viajes o cuando no dormía en casa. La consulté sin que respondiese ninguna duda. 

Una de las relaciones más prolongadas y fieles que he tenido.
No me animo a tirarla. A ver si alguien la recoge, sueña mis sueños, desentraña mis dudas. O, pobre, sufre mis insomnios.

2 de septiembre de 2013

En la sala

Discovery, Home and Healt, History Channel, NatGeo, canales "serios". Decir que los miramos es un modo de admitir que vemos TV, pero no cualquier cosa.

Hay unos programas que presentan  freakies, casos médicos raros, gente con compulsiones extrañas, otros que conviven con anomalías físicas severas. Un muestrario inmenso de la fauna humana, tan variada.

Lo políticamente correcto es ver sin emitir juicios ni hacer muecas aunque el personaje en cuestión coma placenta de buey cruda o sea un enano albino en medio de una tribu de zulúes. 

Antes se pagaba por ver fenómenos en el circo. Como somos civilizados, repudiamos esas prácticas.
Pero sólo varía el escenario. Nos tranquiliza ser normales.

1 de septiembre de 2013

Estado de emergencia

Antes Irak; antes Vietnam. Y las dictaduras en América Latina.
Ahora Siria.

La escuela de las Américas y los franceses de Argelia están ligados vergonzosamente a la doctrina de seguridad nacional, norte de las juntas militares en Argentina y otros lados.

La Francia de gobierno socialista está al borde del ataque.
Obama, Nobel de la paz, espera el placet del congreso estadounidense.

Mientras tanto, ya no creemos en las buenas intenciones de los mesías occidentales ni en la maldad malísima de los enemigos de la occidentalidad libre, democrática (ex) cristiana.

La política internacional se me escurre de las manos, del cerebro, de la comprensión.
Casi 1400 muertos por armas químicas. Casi 500 niños.

Todo, intervenir, aislar, condenar, todo me da miedo.

Humanidades.