Gente que se dio una vuelta


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29 de febrero de 2012

Llame ya y pare de sufrir.

En un zapping furioso de medianoche aparecen los programas de telecompras: desde el lapicito que mágicamente repara los rayones del auto, pasando por los rodillos que no chorrean ni media gota a las zapatillas que por sólo usarlas te hacen adelgazar. Sumale los de encontrar la palabra, sumar la cifra u calcular los triángulos. Y los de la iglesia universal, que encuentran la solución a todo expulsando demonios para expurgar responsabilidades.

¿Qué quieren qué diga?: quiero todo. Que me saquen el demonio de los kilos de más, tener esos rodillos que en veinte minutos me pintarían la casa, llamar para decir que el resultado es 56, parar de sufrir usando los electrodos que son como 450 abdominales en 2 minutos.

Soy un iluso consumista pobre.

28 de febrero de 2012

Orígenes

Una vez que viajábamos en vacaciones, creo que por Córdoba, le pregunté a mamá:
-¿De dónde venimos las personas?. 
Yo tendría cerca de cinco años. Sí, tengo recuerdos desde muy temprano. Recuerdos que no son relato de otros, sino que, incluso mis viejos no los recuerdan hasta que se los comento.

Después de asegurarse que no preguntaba por el origen de los bebés, que era claro que venían de las panzas de las mamás, la vieja me contó el mito de la creación, Adán y Eva, esas cosas. La idea de fondo era: Dios hizo todo y también hizo a estos, que fueron nuestro origen. Más allá del mito, la respuesta me pareció adecuada.

Al rato re-pregunto:
-Entonces, ¿somos todos como familia, no?

Años más tarde, quiero seguir creyendo eso.

27 de febrero de 2012

Ya estuve acá.

Por alguna razón desconocida -al menos para mí-, a veces me acometen los déjà-vu: hay quien dice que son recuerdos de otras vidas (en las que no creo, apenas puedo con esta). Otros, que hay como un cortocircuito en el cerebro que conjuga y mezcla imágenes. Otros que varios recuerdos salen a la superficie estimulados por una vivencia nueva.

Si quieren leer algo en serio vayan acá: http://www.ojocientifico.com/2011/03/07/%C2%BFque-es-el-deja-vu

Pero yo `prefiero creer que son una irrupción de los sueños en la vigilia, porque no pueden esperar a que nos durmamos.

No es científico, claro, pero es más lindo, creo.

26 de febrero de 2012

A kind of hush

Siempre me resulta deseable el silencio o el no ruido. Incluso si tengo la televisión o la radio encendidas, más de una vez no son sino un ruido blanco, un murmullo de fondo que tiene el mismo valor que oír la lluvia. Si aparece algo que me hace sonar algo interno, presto atención en un 100%; si no, apenas un 10.

Este estarme con pocos decibeles me permite escuchar otras cosas, pausarme entre dos ideas en el medio de una charla, ahondar en un pensamiento.

Dosis de silencios.

25 de febrero de 2012

El choque urbano II

Luego del accidente del miércoles por la mañana, del rescate de los heridos, del reconocimiento de los cadáveres, faltaba Lucas, un pibe de 20 años. Los amigos y los familiares difundieron la foto; algunos dijeron que lo vieron con un cuello ortopédico, con moretones; las redes sociales se hicieron eco. Hasta que en la tarde de hoy -escribo el viernes por la noche-, encontraron el cuerpo de Lucas en un lugarcito de hierros retorcidos, entre dos vagones.

Mientras la familia y los amigos recibían la noticia, algunos comenzaron los desmanes en la estación, golpeando, en su bronca, destruyendo. Los cercanos a Lucas, con su dolor nuevo y a cuestas, se fueron, para no quedar pegados. Los que manifestaban con violencia, fueron desalojados y volvieron, para romper, quemar, destrozar.

Siento que hay que apartarse, justamente, para marcar diferencia.
Siento que hay que pensar más que nunca, antes de hablar.

24 de febrero de 2012

Baldazo

Cuando veo la corte de los milagros que es la humanidad, no dejo de preguntarme qué es lo que tenemos en común. Sí, ya sé, somos todos humanos, claro, pero seamos honestos ¿con cuántos congéneres podemos decir que nos sentimos identificados, reflejados, correspondidos?.

Si incluso con los más cercanos y queridos a veces es todo un logro entendernos, la pretensión idealista de una comprensión total, desinteresada, idílica de poder coincidir en un todo indefinido es descabellada.

Con lo que nos cuesta a cada uno no pelearnos con nosotros mismos...

23 de febrero de 2012

El choque urbano

En la mañana de ayer nos atravesó la noticia: un choque de trenes, con un saldo de más de 600 personas heridas y 49 muertas. Las imágenes, repetidas hasta el hartazgo, no aportaban nada; las "noticias" desinformaban y confundían. Queriendo informar sólo difundían morbo.

Y claro, ahí no más, la caza de brujas: la responsabilidad que va desde el boletero hasta Obama, sin medias tintas, sin grises. Qué no hace más que agregar confusión y sumar odio hacia alguno que nunca es responsable pleno, sino chivo expiatorio.

Silencio, por favor.
Hush.

22 de febrero de 2012

Placeres burgueses II

Continuando un fin de semana largo y atípico, fuimos al teatro con Mariana, madre de mi ahijado, y con Nico e Iván. Vimos Casi normales, que estaba en la mira hace rato, pero un poco cara. Por suerte, pudimos aprovechar un 2x1 y ahí estuvimos.

Más allá de la historia, densa, nada divertida, más allá de ser teatro musical -toooodo cantado-, más allá de algunas fallas en la dirección de actores, no deja de despertarme un inmenso respeto el trabajo del actor: prestarle cuerpo, voz, gestualidad a la idea de otro, exponer/se, generar algo que causa identificación, rechazo, emoción, empatía, es tremendamente admirable.

Algunas veces actué de modo amateur, pero "en serio". En algún momento, mínimo, fugaz, sentí que el personaje me habitó, que hizo lo que yo no haría jamás.

Eso es mágico.
Qué bueno que haya quienes hagan de esta magia su vocación.

21 de febrero de 2012

Placeres burgueses

La máxima somos lo que comemos nos lleva a algunos a preocuparnos -más o menos sanamente- por la alimentación: qué cosas consumimos, cómo cocinar más sano, buscar productos de estación, darnos algunos pequeños gustos/sabores.

Le agrego un corolario: somos, también, con quiénes comemos. Es decir, con quiénes nos sentamos a la mesa a comer en común, a poner en común la vulnerabilidad del hambre, que nos iguala, y la posibilidad de compartir pan y vida, tan básico, tan nutricio. Aquellos a quienes elegimos como co-mensales dicen mucho de lo que somos, lo que deseamos.

El domingo por la noche fueron unas pizzas y charlas de género, historia, dioses.
El lunes, un asado que se prolongó en té, juego de mesa y cena con lo que quedaba. Nada más que por el gusto de sabernos juntos.

Este ser con quiénes me dice hoy que soy amigo, padrino, parte, argentino, cristiano, buscador...

Una vez más, inmensamente rico.

20 de febrero de 2012

Decires II

Algunas veces esta falta de palabras es causal de violencia: pienso en algo tan simple como el berrinche de un nene, que no sabe decir qué le está pasando y llora, patalea, está molesto. De algún modo se violenta y nos violenta.

Pienso en los adultos, que al no poder expresarnos en palabra, más de una vez nos enfermamos, nos enojamos, nos enemistamos y sumamos un silencio pesado.

Pienso en quienes sanamente buscan decirse en el arte y nos dejan a veces sin palabras, en un silencio asombrado y agradecido.

19 de febrero de 2012

Decires

Poder "poner en palabras" lo que nos pasa es un avance: hay un abismo entre decir no sé qué me está pasando a me siento triste por esto. Es más, los que saben dicen que nombrar, reconocer, es (comienzo de la) salud.

Cuando veo las pocas palabras que tenemos para decir/nos, las pocas palabras que manejan algunos, no me extrañan las expresiones violentas. Tampoco me extraña que a falta de decir, se actúe de otra manera.

18 de febrero de 2012

Lados II

Claro que no faltan quienes confunden cualquier debilidad con vulnerabilidad. No me parece que sea lo mismo.
Es decir: una debilidad X no necesariamente es signo de vulnerabilidad.

La vulnerabilidad creo que tiene que ver con la finitud, la no omnipotencia, el no ser dioses. La debilidad la veo más asociada a "lo que falta", "lo que no puedo", "la caída".
No digo que sea así, sino que es así como lo percibo.

Si bien ambas son profundamente humanas ambas, una, la debilidad, en un punto, es superable. La otra, en cambio, es compañera de vida.

17 de febrero de 2012

Lados

La aceptación de la necesidad nos deja vulnerables, experiencia difícil de sostener, difícil, comentaba ayer Vale. 


Cada vez me es más claro que soy/somos vulnerable/s y no me resulta tan difícil, en realidad, porque sé que tengo/tenemos fortalezas.

Y quizá nuestra vulnerabilidad sólo sea su contracara.

"Cuando soy débil, entonces soy fuerte", decía Saulo de Tarso, hablando de gracia y pecado, de cruz y vida, de dones.


¿Será?

16 de febrero de 2012

Ciegos que ven II

Releo el post anterior y me acordé de algo que escribía Juan de la Cruz, el místico, escritor y santo español del Siglo de Oro. No recuerdo textualmente, pero decía algo así como que para ser guiado, para aceptar ser conducido, hay que estar bien ciego.

Si creemos que vemos, no confiamos en el guía. Si desconfiamos de lo que creemos ver, aceptamos más fácil la mano que conduce u orienta.

De ves en cuando está bueno.

15 de febrero de 2012

Ciegos que ven

Volviendo en subte para luego tomar el tren, la estación era un caos de gente y de ruido. Además, el calor hacía que todo me molestara más. En ese caos, un ciego. Les tengo cierto miedo sin fundamento a los ciegos -capaz El informe sobre ciegos, de Sábato, y Ensayo sobre la ceguera, de Saramago, influyeran-.

Me dio pena pensarme en esa situación y le pregunté si quería que lo acompañara. Aceptó: iba para el mismo  tren que yo. Lo fui a tomar, pero me tomó él:
-Me guío por tus movimientos.
-Ok, vamos. Ahí está la mecánica, cuidado.
-Ahora vamos para la derecha, me dice, que hay una entrada sin molinetes.

Un poco me impresionaba el calor de su mano agarrando mi brazo. Y escuchar su voz, que me hablaba un paso más atrás. Lo dejé en el tren y me escapé a otro vagón. No quería endosármelo.

Me llamó la atención cómo su ceguera lo anima a confiar en quien lo guía. Lo misma cegera que me causa miedo.

14 de febrero de 2012

Matemáticas modernas II

Manu, como les decía, llega hasta once a no ser que un grande cuente con él. Eso le expande el horizonte.
Me hace pensar en cómo, algunas veces, tenemos que contar con otros para ir más allá de lo sabido u otros cuentan con nosotros para dar un paso más.

Supone sabernos limitados y solidarios.
Supone hacer pasos humildes si nos guían, seguros si acompañamos.
Trascender.

12 de febrero de 2012

Matemáticas modernas

Manu está aprendiendo a contar. Enumera solito del uno al once y se saltea casi siempre el ocho. Si cuenta junto a un mayor, llega a veinte, si no, once es lo máximo. Es su tope, su infinito, su non plus ultra.

Es decir: su concepto de lo lejano, lo infinito, lo mucho, lo innumerable es once. Claramente, para quienes somos menos ingenuos, once es poco, limitado. Pero, ¿acaso nuestro horizonte va mucho más allá?.

¿Hasta cuánto sabemos contar?.

PD: no se emocionen, no sé si vuelvo aún a los posts diarios.

2 de febrero de 2012

Nos vemos

Dios mediante, para cuando uds. lean esto, estaré fuera unos días.
No sé si habrá Internet, como para postear y la verdad, no me preocupa.
Por primera vez en dos años de "autoimpuesto" posteo diario, no sé qué pasará.

Pueden ser tres días o 10, quien sabe. Mis vacaciones suelen ser un desafío a la providencia

Así que quizás sí postee, quizás no, quizás algún día, quizás ninguno.
No me preocupa demasiado.

¡Nos vemos!.

1 de febrero de 2012

Ecos desafinados

El ser humano se lo suele definir como animal racional. Cada vez dudo más de la veracidad o lo acertado de la expresión.

Basta ver cómo cualquier cosa dicha, por más que no tenga sentido, cuando es repetida comienza a ser cierta.

Aunque sea irracional e insostenible.
Y de nada vale hacerlo notar.
No te creen