Gente que se dio una vuelta


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31 de agosto de 2013

No somos nada...

La única cosa segura desde el momento en que nacemos es que vamos a morir. Así de crudo y simple.
No es seguro que seamos amados, dónde nos criaremos, qué religión tendremos si es que tenemos alguna, qué pareja elegiremos, cuánto pesaremos. Nada es certero. Pero de morir en algún momento, no nos salva nadie.

Hacemos mil malabares para escapar de la muerte, que siempre termina ganando. Desde no nombrarla, con cierto miedo mágico y atávico a convocarla, pasando por esconderla mirando a otro lado, demorarla en agonías eternas o maquillarla en cementerios parques.

He tenido muertes cercanas, duelo con ellas. El recuerdo de amigos y amigas muertos me sigue acongojando. Mi fe cristiana me afirma en la certeza de la Vida en Dios, continuación/transformación/plenitud de este comienzo vital. 

Sin embargo, creo que hay que reconciliarnos con esa instancia vital que es la muerte. Con esa instancia mortal que es la vida. Como para desdramatizarnos, tomarnos en serio, reírnos en serio.
Y tener menos miedo.

30 de agosto de 2013

Infinidades diarias II

Al mismo tiempo, por suerte no somos conscientes todo el tiempo de todas las consecuencias de todas nuestras acciones. Si no fuese así me parece que nos paralizaríamos y terminaríamos anulados, sin hacer nada.

Entre el riesgo irreflexivo y el ultra analizador, voy moviéndome, buscando, acertando y errando. Si bien nunca haré bungee jumping -muero de pensarlo-, tampoco dejaré de ir y venir por miedo a que me atropelle un auto.

Digo, hay rangos inmensos de posibilidades. Algunas, al menos, quiero probar. O provocar.

29 de agosto de 2013

Infinidades diarias

De alguna manera tenemos que acostumbrarnos a que las consecuencias de las opciones que tomamos
pueden escaparnos.

La mayor parte de las veces, creo, no somos del todo conscientes del abanico que se abre al elegir o no elegir algo. Y no siempre las consecuencias dependen de nosotros, como para reasegurarnos que no podemos controlar todo.

Dejo pasar un colectivo que viene muy lleno y tomo el siguiente. Esos minutos de más evitan -la tragedia es buena manera de entenderlo- que nos veamos envueltos en un accidente. Gritamos aleluya, egoístas momentáneos, al ver de la que nos salvamos.
No sabemos que, en el colectivo accidentado, viajaba otro que dejó pasar el anterior y para quien las consecuencias fueron opuestas y en lugar de aleluya, grita, no más.

Para bien o mal, las variantes son infinitas.
Y uno que se cree mil...

28 de agosto de 2013

Descartes

En contextos de pobreza -sobre todo-, la salud mental es la que menos se atiende. O se la mal atiende: esquizoides que van a pastores que los convencen que las voces son malos espíritus; depresivos que terminan aislados y calificados de raros; drogadependientes que no tienen dónde recurrir cuando quieren salir...

Aparecen. Algunos con una regularidad y perseverancia admirables. Otras, más esporádicamente.
Hago el esfuerzo de mirarlas con amor, con cariño. Suelen sentirse rechazadas o estar muy solas. Lógico, piensa mi costado más cínico, bordean lo insufrible. Vuelvo a intentar mirar con cariño y a hacer el esfuerzo.
Unas veces sale. Otras no. Pero son gajes del oficio.

El dolor de cabeza se va con un analgésico; si me agotan, puedo descansar.
Ellos, ellas, no siempre tienen opciones.

27 de agosto de 2013

Viajando gratis

La Turca, a sus 60 largos, viajó por primera vez en avión. Buenos Aires/Santiago de Chile/Toronto. Un primo suyo los invitó a ella y a su esposo a Canadá donde vive hace años. Un primo que es un hermano, dice ella.

Voló sobre los Andes, sobre los Grandes Lagos, sobre las Rocallosas. Disfrutó los aterrizajes, los despegues, el atravesar las nubes, ver las luces de las ciudades diminutas. Disfrutó a su primo y su novio; ellos y Oscar, su esposo, fueron su cortejo durante varios días. Salió, paseó, conoció.

Ayer fui a tomar unos mates a su casa. Me contaba, me mostraba las fotos. Me contaba de la comida. Los hoteles preciosos donde estuvo. La generosidad y calidez de Guillermo y Jerry. Las excursiones "sorpresa". Era una nena de 60 años, entusiasmada, feliz, contenta. Me trajo un tótem y un chocolate de regalo, pero el regalo más grande es verla tan contenta. Ha tenido algunos golpes y dolores que (me) potencian el gozo de los cuentos, las fotos, las anécdotas.

Estos momentos son inmensos.

26 de agosto de 2013

Miel y mimos

Durante la tarde de ayer me vinieron unas ganas nostálgicas de unas galletas que comía de chico. Al lado de mi casa materna vivían doña María y don Juan, él austríaco, ella hija de alemanes, de las colonias de Entre Ríos. Unos abuelos postizos, que se peleaban en alemán.

Ella luterana no practicante, el católico devoto, vecinos desde siempre de mis abuelos. Doña María cocinaba
cosas riquísimas y muy simples, sobre todo cosas a base de levadura y harinas. El aroma llegaba de su cocina a nuestra casa.

A veces para mi cumpleaños me regalaba unas pizzetas excelentes. Se la oía llamar por encima de la medianera, alambrado, hiedra y vid, y pasaba un plato tibio, cubierto con una servilleta inmaculada.

Las galletas que me desataron el recuerdo y deseo eran de miel, las solía hacer para Pascua o Navidad. Con formas de estrellas, redondas, triangulares. Podían o no estar bañadas con glacé y tenían sabor a gloria.

A felicidad simple.

25 de agosto de 2013

Enormes enanos gigantes

¿En qué se mide la grandeza de las personas?
¿En saberes, poderes, hijos/as, bienes, servicios, años, riquezas, logros, famas, superaciones, títulos deportivos o universitarios?

Conozco alguna o varias de cada categoría. Yo mismo encajo en un par. ¿Qué me/nos hace grandes?
Encuentro que la grandeza de varios que admiro tiene que ver, precisamente, por no darse cuenta o no ser conscientes de lo valiosos que son.

No por falsa humildad ni por tirarse abajo: por tener "algo" (¿un estilo, actitud, modo?) que engrandece al que tienen al lado. Aunque ellos mismos no lo noten.

Algo así. Sumen datos, intuiciones.
Descubramos juntos la grandeza.

24 de agosto de 2013

Mirando al norte

Mariana, que nos guió en una excursión en Tilcara, estaba orgullosa de pertenecer a una comunidad y etnia aborigen. Decía -lúcidamente- que no se trataba vestir ciertas ropas o ser fundamentalista en la negación a la tecnología. Las comunidades están tejidas de tradiciones comunes, de una mirada compartida, de una cosmovisión que es origen, camino, meta. Algo así decía. Algo como: "No, ¿cómo vamos a vender la tierra, si es Madre, si es de todos?".

Al principio se cuidaba. No quería incomodarnos, no quería exponerse ni "quedar mal". Cuando vio que podía relajarse -al fin y al cabo, nuestras miradas se acercaban mucho, se fue animando a más: lo difícil de saberse malmirado por ser aborigen, el menosprecio de las costumbres y tradiciones, las hegemonías que se querían imponer.

Qué bueno, pensaba, poder re-hacer la historia, corregir enfoques, amar lo propio, asomarse a un nosotros común. Un nosotros que incluía e invitaba. Del que nos reconocíamos mutuamente parte no por raza u origen, sino por opciones y modos de mirar.
Dones.

23 de agosto de 2013

Divina carcajada

La semana pasada nos juntamos varios en casa con la excusa de la venida de Flor, que hace un año vive en Barcelona. Una picadita, lo que cada quien traía, un vino rico, unas cervezas, la torta riquísima de Costi, Lau que está aprendiendo orgullosa a hacer panes.

Así como si nada, pasábamos de lo serio e íntimo (cómo está siendo la adaptación a España, cómo anda Sole con Mila, su beba que tiene sindrome de Down y la tienen que operar, cómo se re-arma Mery recientemente separada) a lo absurdo. Como las conversaciones de a ratos se cruzaban y eran imposibles de remontar, aprovechamos para inventar historias, sumando o restando jirones de lo no/escuchado, agregando datos ilógicos y detalles de color.

Llegó un punto en el que me dolía la panza de reír y los oídos -exagero- de la risa de los demás.
Cuando todos se fueron, acomodé un poco y me fui a la cama. Justo estaba terminando El nombre de la rosa, donde uno de los puntos es si la risa es demoníaca o divina.

Yo creo que Dios -también- ríe mucho.

22 de agosto de 2013

Alta en el cielo

Un águila planea; desde lo alto abarca la montaña, el río, el valle. Incluso con los círculos que describe en su vuelo abarca ambos lados de la montaña. Uno a pleno sol. El otro con sombras hasta que el sol no se eleve un poco más.

En el valle, cerca del río, una cabra pasta, inmóvil casi. Ve las piedras, los pastos, huele el agua. A veces se distrae con algún animal que pasa cerca. Vuelve a pastar.

Ambas escenas al mismo tiempo. El águila ve a la cabra. La cabra ni se entera y cuando se acaba el pasto por un momento entra en zozobra. Por más que el águila anuncie otros pastos, otros valles, para la cabra es el acabóse.

Es parábola, no más, de tantas cosas. 

21 de agosto de 2013

Viralizado

Queriendo instalar un programa en la compu, por atolondrado dejé que pasara un malaware, de esos jorobados de quitar: hacen lenta la compu, llenan de pop-ups, cambian cosas, barras de estado, buscadores.

Después de una larga lucha despareja y gracias a san Google pude eliminarlo, pero tuve que reinstalar un par de programas y perdí bastante tiempo.

Otra parábola se me cruza. En la búsqueda de lo que quiero y lo que necesito, más de una vez se cuelan pavadas que me terminan complicando, quitando tiempo, desordenando, desenfocando de lo principal.
Cómo me cuesta "desinstalar" los parásitos -rutinas, malas costumbres, excusas- que se cuelan, se pegan, complican.

Necesito un buen antivirus.

20 de agosto de 2013

Loop histórico

Los grupos hebreos que luego de huir de Egipto, conquistan a punta de lanza la tierra de promisión.
Los cristianos, perseguidos por el Imperio, minoría martirial. Cuando el Imperio se "cristianiza", martirizan a los no cristianos.
Los musulmanes invadiendo la península Ibérica.
Los tres grupos religiosos peleándose en las Cruzadas.
Católicos vs protestantes. 
Hugonotes vs católicos.
Cristianos arios y la Soah.
Enfrentamienos en el Ulster.
Masacran a cristianos de varias denominaciones en África.
Musulmanes extremistas en Egipto.

Cada quien se espanta del anterior y repite, recrea horrores.
En nombre de dios, claro.

Mientras tanto, Dios llora.

19 de agosto de 2013

Haya paz; halla paz

Pasa que confundimos. Que creemos que tener paz es la mayor aspiración y el mejor estado que podemos alcanzar. Aunque para llegar a esa paz tengamos que resignar lo que creemos correcto, las opciones que nos mueven, las búsquedas o deseos más personales.

Durante la época del Imperio Romano, la pax romana era conseguida y mantenida a base de eliminar los conflictos locales, las búsquedas de las minorías, los deseos de los pueblos subyugados. Y el Imperio se jactaba de esta paz mantenida gracias a las guarniciones de soldados dispersas por todo el Mediterráneo.

Cuando alguien sufre mucho dolor puede llegar a desmayarse. Una estrategia del cuerpo doliente para tener un recreo analgésico, una paz momentánea.

Algunos procesos gubernamentales -los 70 en América Latina, por caso-, pacificaron la región con baños de sangre enormes.

La madre quiere paz: pone en penitencia a los niños, en silencio, encerrados en el cuarto. Se prepara un trago y Clonazepam. El padre, mientras tanto, halla la paz en los brazos de su amante.

Pasa que confundimos.

18 de agosto de 2013

Locos de mi pueblo

No sufro de vértigo pero para mirar desde el balcón de un tercer piso, asomo apenas la cabeza mientras hago contrapeso (?) echando la cola hacia atrás. Tan ridículo como poco científico.

La imagen me sirve para otros asomos y miradas: el límite entre la sanidad mental y la ¿locura, delirio? Me produce cierta atracción dialogar con personas que padecen algunas ¿enfermedades? No una depresión o un trastorno de ansiedad. Algo más: algún esquizoide, paranoide. Los mundos armados, paralelos, de una lógica diferente a la mía. La certeza de que la realidad producida/creída es la verdadera...

Me encanta asomarme, hacer contrapeso para no caer. El límite es tan poco claro...

17 de agosto de 2013

Obviedades

Hay momentos, muchos, en los que me siento y encuentro feliz.
Otros, muchos, en los que no la paso tan bien. 
Mucho de la felicidad viene del encuentro con otras personas, compañeros y compañeras de camino.
Muchos de los momentos duros o tristes vienen, también, del encuentro -o desencuentro- con otros/as.

Por momentos, los otros son el infierno sartreano.
De a ratos, con-dolemos, peregrinos.
Las mayor parte del tiempo, son pedacitos de cielo.
No puedo parcializar o elegir una experiencia sobre otra. Mientras esté siendo con otr@s hay un riesgo de doler, una promesa de felicidad. 

Lo elijo. Lo prefiero.

16 de agosto de 2013

Baby steps

Un paso y luego otro. Arrastrando los pies, casi sin notarlo. Distraídos. 
La excusa: alcanzar el objeto del deseo.
El modo: no pensar.
Agarrándose de dónde se pueda. 
Confiar en las manos que se tienden.
Hacerle caso al aliento de los demás.
Inclinar el cuerpo hacia adelante.
Llegar, casi en un salto.

Así, más o menos, comenzamos a caminar, luego de estar echados, gatear, rolar, dar pasos "de mentirita" sostenidos por algún adulto. Sin darnos cuenta fuimos logrando la estabilidad y fuerza necesaria para soltarnos. 

Siento: cuántas veces es analogía de otros pasos, otros caminares, otros soltarse para ir más allá.
El orden es calcado. Varían las metas, las edades, los caminos.

15 de agosto de 2013

Lúcida bondad

Bondad vs. inteligencia; aparece de nuevo el dilema, si acaso lo es.
Gente bondadosa, buena, que hace mucho mal con la mejor intención.
Gente inteligente, lúcida, que hace mucho mal con la peor intención.
Gente que elige ser buena (?) para no pensar.
Gente que piensa como eludir la bondad.

¿Acaso se encontrarán alguna vez las potencias humanas, como las llamaban los medievales? 
¿La capacidad volitiva, la intelectiva se darán la mano alguna vez?

"Sean astutos como serpientes y mansos como palomas... ovejas en medio de lobos", decía Jesús (Mt 10,16). Ya desde ese entonces estaba la necesidad de unir, de reconciliar ambas cosas.

¿Podremos, sabremos?
¿Podré, querré?

14 de agosto de 2013

El lado oscuro

Tiendo a creer que los seres humanos tenemos un fondo bueno. Que debajo de muchas capas de suciedad -cada quien ponga el nombre que quiera, la categoría que le parezca- hay algo rescatable, incluso algo puro o no contaminado.

Algún dolor, drama, trauma; una educación o ambiente no favorable; opciones no adecuadas; no es difícil tener motivos o excusas para refugiarnos y disculparnos. Para justificar nuestra oscuridad o para entender la de otros.

Más de una vez me encuentro con personas que parecieran haber eliminado toda luz, toda opción de bondad, todo intento de rescate. Quiero creer en las bondades -a pesar de mi propia contradicción-. Estas personas me desconciertan y desalientan.
Las menos, pero las hay.

13 de agosto de 2013

Im-Permeable

Mis esquemas mentales, estrechos, limitados, van descubriendo que estas estrecheces y limitaciones no son rigideces. Es decir: están, me definen en muchos aspectos, son el marco en el que me muevo, mi referencia, la manera en que miro, pienso, razono.

No quita que sean elásticos, flexibles. Que sin renunciar a ellos ni abandonarlos pueda entender, reconocer, aceptar, empatizar incluso, con otras miradas. Correr/me un poco para intentar otras aproximaciones, intuiciones, miradas. 

No quita, tampoco, que haya muchas cosas que, por más que mis esquemas puedan ser flexibles, espero no entender nunca y seguir sintiéndolas ajenas, extrañas.
Aunque no lejanas.

12 de agosto de 2013

Boca de urna

Ayer votamos en Argentina. P.A.S.O.: primarias abiertas simultáneas obligatorias. Definen qué candidatos podrán ser votados en octubre, en elecciones parlamentarias. 

Me hice el rato para ir a votar luego del mediodía. La mañana la tuve ocupada. Pero más ocupada tenía la cabeza con el deseo de votar. Hace tiempo que valoro cada vez más esta posibilidad de expresión y búsqueda que es la democracia.

Quizá tenga que ver con que voy definiendo qué tipo de país deseo, qué clase de opciones me parecen prioritarias. También, claro, tiene que ver con sensibilidades más personales, el sentir que aunque el ideal sea utópico está bueno dar pasos, el celebrar algunos pasitos avanzados.

Como fuere: 30 años de democracia recobrada. Lo celebro. Me alegra. 
Quiero más.

11 de agosto de 2013

Allá no más

Mientras comíamos unos sandwichs en la plaza de Purmamarca se nos acercó una mujer que se presentó como estudiante de comunicación social. Tenía que hacer una encuesta y preguntaba si podíamos responder. Saca un mp3 para grabar y pregunta: ¿Qué piensan de la globalización?

Cruzando la plaza, veíamos un cajero automático. Muchos de los que paseaban por la plaza eran extranjeros. Los chicos tenían las netbooks que da el gobierno. Los puestos vendían cosas que se veían desde Villazón hasta Tucumán. Ella, de extracción aborigen, grababa las respuestas en un mp3 que, seguramente, venía de Oriente...

Es decir... pedía que dijésemos que si era bueno o malo un fenómeno del que el 90% éramos parte activa.
A los pocos días, veo en Humahuaca un mural:
"Somos cultura que camina en un mundo globalizado". Eso. Locales, globales, caminantes.
Con o sin Wi-Fi. Mejor con.

10 de agosto de 2013

Identidades cruzadas

Unos días atrás vi Le fils de l'autre (mal traducida en inglés como The other son y creo que en español circula correcta como El hijo del otro): una familia israelí y judía descubre que su hijo fue cambiado en el hospital, en medio de un bombardeo por el de una pareja musulmana y palestina.

Lo más preciado, un hijo, criado por el más odiado. Lo más propio, la identidad, construida por el más opuesto. Difícil para mí, argentino, no leerlo desde las apropiaciones de hijos de detenidos-desaparecidos, criados como propios por militares o gente cercana a ellos -con el agravante no menor, claro de la mala voluntad, el robo, la mentira, la muerte-. 

¿Cuál es nuestra identidad? ¿Qué la hace? ¿Cómo la hacemos?
El chico criado como judío, al consultar al rabino, descubre que no es judío -no lo es su madre biológica-: cuando mucho podrá ser un converso. El musulmán, sin quererlo, es judío. Las familias se desconciertan. Necesitan re-ubicarse.

No vendría mal mirarla, preguntarnos, mirarnos.

9 de agosto de 2013

Chau, Esther

Un grupo de personas en sillas, contra la pared. El barrio en un silencio raro.
Los más grandes murmuran dentro de la capilla. Los chiquitos juegan afuera, no sé que tan ajenos a la muerte.

Por el techo de chapas se empieza a colar el vientito. Cuando caiga el sol hará frío.
Murió Esther. Pobre, trabajadora, luchadora, de una alegría que no llegaba a cubrir la tristeza de fondo. Por un ex marido violento, por los hijos que la vivieron sin cuidarla y descuidándola en la enfermedad, por una vida entera en casilla de chapas y calle de barro... Recién en los últimos años tuvo su casa de material gracias al plan gubernamental.

Mientras pudo trabajó: limpiaba casas del barrio, la mía entre otras. Limpiaba la iglesia para sumar unos pesos más. Y en su tiempo ¿libre? daba una mano en Caritas.
Nunca supo leer ni escribir: sólo uno o dos de sus hijos saben. Le gustaba la música. En alguna peña le vi cantar bajito, siguiendo las canciones que sonaban desde el escenario.

Peleó contra la marginalidad y la marginalización. Por el pan digno para los suyos.
Que descanse al fin.

8 de agosto de 2013

Hiatos

Cuando Facundo tenía 7 u 8 años quería una guitarra. Como buen chico moderno, se metió en internet para averiguar precios, modelos, ventajas. Quedó entre unas pocas, cuyo precio iba de los 1.000 a los 2.000 pesos. La cuestión es que no había manera que entendiese que entre 1.000 y 2.000 habían, justamente 1.000 pesos, mucha diferencia. Como era 1 ó 2 lo que veía, y algunos ceros, no tenía idea de la distancia, de la proporción.

Me acordaba de él y su mareo de números al escuchar a personas -adultas de edad-, que tienen planteos más o menos similares y no perciben la distancia abismal entre un par de premisas y la conclusión. Un salto ontológico entre una parte y otra. Como si los "miles" del medio no valiesen o existieran. Como si de una a otra parte, de una idea a otra hubiese cierto atajo mágico e inmediato que no los demás no ven por mera maldad.

Mil razones, cero razonamiento.

7 de agosto de 2013

Aviváte

Comienzo a sospechar que la mayoría de las personas que parecen tontos de remate, en realidad eligen hacerse los tontos de remate para pasarla bien. Poner cara de no entender, de no poder, de no saber les permite perversamente ser ¿servidos, atendidos? por aquellos que pueden, entienden y saben y que además se hacen cargo.

Claro, saben que cuando hagan como que no entienden, por ejemplo, como hacer un trámite, otro lo hará por ellos. Saben que si ponen cara de ay, no me sale cambiar esta lamparita, iremos a buscar una banqueta y la cambiaremos. 

Saben, los muy perversos, que no nos sale hacernos los giles.
Y se aprovechan.

6 de agosto de 2013

En el seno

Uno de los momentos que atesoro del viaje al NOA ha sido estar en las Cuevas del Huayra. Frente a Tilcara, después de una subida de dos horas, se llega a un par de cuevas: una atraviesa de lado a lado la montaña. La otra se interna unos 20 o 30 metros que hay que recorrer medio trepando, medio arrastrándose, para llegar a un espacio grande, circular.

Ahí Mariana, la mujer que nos guiaba, nos recordó que probablemente ahí se rindiera culto a la Pacha Mama: estábamos en su seno, en el vientre uterino de la Madre Tierra. Nos invitó a sentarnos y apagar las velas y linternas. La oscuridad era tal que no había diferencia en tener los ojos cerrados o abiertos. Silencio que atravesaban, apenas, las respiraciones de los que estábamos, o alguna piedra que se acomodaba bajo nuestros pies.

Me salía pensar: si hubiera estado solo habría entrado en pánico. Demasiada oscuridad.
Saberme con otros hizo que la oscuridad fuese menos pesada.
Como en la misma vida: otros/as que se hacen compañeros/as y nos acompañan en las noches...

5 de agosto de 2013

Regresando II

En una de las vueltas que dimos, fuimos de Iruya a San Isidro, unas dos o tres horas, caminando por el lecho de un río, entre dos pueblos mínimísimos. Como pasa muchas veces, lo bello es el camino en sí mismo. 

Al volver lo hicimos en el camión que lleva, semanalmente, la mercadería de un pueblo al otro: bolsas de maíz, cajones de frutas y verduras, bolsas de fideos secos, harinas, hortalizas, gas en garrafas... Y gente que aprovecha el "transporte". Por momentos el camioncito para y suben algunos, bajan otros, cargan otras bolsas.

Una de las bolsas era de abono orgánico: estiércol de cabras y ovejas. Olor fuerte, claro. Pero luego, mezclado y repartido en la tierra, la hace más fértil, la fecunda y posibilita la vida.

Pensé: como las riquezas: acumuladas, amontonadas, juntas, dan mal olor. Repartidas, es otra cosa...
Me puse ecológico, vea...

4 de agosto de 2013

Regresando

Volví, no sé si llegué. Diez días recorriendo Jujuy: frío en la Quiaca, calorcito en la quebrada de Humahuaca, calidez de hogar en Lozano. Los paisajes enormes, áridos, ocres. Sin solución de continuidad, los colores de los cerros, las formas de los cardones, el cielo limpio, clarísimo, azul.

La gente: los de allá y los que fuimos encontrando por el camino: el señor que nos llevó a Las Coloradas y contaba leyendas de los cerros, unas chicas francesas pura risa Maelys y Alexandra, Franchell, un portorriqueño buscando horizonte latinoamericano, una pareja de Belgrano, Javier y Pao, otra de dos pibes, Emmanuel y Nacho de capital, Mariana, una guía con amor por su tierra y su tradición, varios hobbits viajeros, Celestino que nos recibió en Iruya, Facundo que nos alojó en Lozano, Marta que compartió vida y mesa. Otros, otras.

La emoción de ver en la Puna, a 2000 km de Bs As a los chicos del colegio secundario con las netbooks que el gobierno les da, la bandera flameando para 14 alumnos, las mujeres en los puestos de venta, los hombres curtidos por el sol de las alturas.

Las casas de adobe, las iglesias de otros siglos, los rezos a nuestro Señor y la Pacha Mama.
La imposibilidad de registrar todo, de ver todo, de oler todo, de tocar todo, de escuchar todo.
Un tiempo de paréntesis que regenera.