Gente que se dio una vuelta


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27 de agosto de 2014

Días de cine VIII

Mil veces buenas noches, película noruega -raro- que transcurre entre Irlanda, Medio Oriente y Kenya -más raro aún. Juliette Binoche, un placer cada vez. Bella ella, bella la película.

Ella es fotógrafa en zonas de conflicto. La vemos retratando los preparativos de una mujer-bomba: los rituales, el baño purificador, el vestido, el chaleco, los explosivos. La acompaña. Me surge la pregunta: ¿es moral observar desde afuera sin intervenir sabiendo a dónde conduce lo observado?

De regreso en su casa, el conflicto: el marido cuestiona los riesgos que ella corre. Surge la pregunta: ¿el deber de madre/esposa está sobre el deber vocacional? ¿Si fuese al revés, si él fuese el fotógrafo? ¿Es cuestión de género?

Conversa con su hija mayor, le cuenta por qué es imperativo sacar esas fotos violentas -guerra, hambre, desplazados, cadáveres-: para que el mundo sepa y no se distraiga con Paris Hilton. Pregunta: ¿no es parecido a lo que los profetas y tantas voces proféticas hacen: mostrar el revés, el otro lado?

No es una película moralista, feminista ni de denuncia. Pero no me dejan de sonar esas preguntas, esas miradas, aproximaciones. Si la consiguen, a verla. Cuéntenme qué les pasa, cómo la pasan.

13 de agosto de 2014

Luna lunera

Una foto, nada más que una foto de una mujer embarazada. Bella, sonriente. Me conmueve y emociona. Sonrío al verla.

Vuelvo del almacén. La luna inmensa, súperluna, le decían en los medios. Cielo sin nubes. Luz. 

La luna me recuerda a la panza y a la madre. Llego a casa y llamo a la mujer de la panza. Hace tiempo que no hablábamos. De adolescentes/jóvenes compartíamos noches de mates interminables y ceniceros colmados, vaciados, vueltos a colmar.

Me responde a las pocas llamadas. Nos reencontramos en la emoción. Nos queremos hace mucho. El niño es para comienzos de enero. Apareció sin pedir permiso, sorprendiendo, alegrando.

Cuando cuelgo vuelvo a mis 17, muchos años después.

6 de agosto de 2014

Nieto 114

Me manda un mensaje mi compadre: "apareció el nieto de Estela de Carlotto. Piel de pollo". En ese momento estaba solo: quería compartir la noticia, contarla. Lloré un poco mientras el corazón no me cabía en el cuerpo. Aparece Cami y se lo largo. Una señora que estaba por la secretaría se une a la alegría.

Prendo la tele: Estela confirma que apareció Guido, hijo de su hija Laura, desaparecida cuando aún su familia no sabía que estaba embarazada. Estela se entera del nacimiento de su nieto en cautiverio gracias a una sobreviviente. 36 años buscó a su nieto. No tengo odios ni rencores, suele decir. Busca, busca, busca. En el camino aparecieron otros 113. Este, el 114, fue el suyo.

La sonrisa de esta abuela, presidenta de Abuelas de la Plaza de Mayo ilumina.
Cuánto por agradecerle.
Guido se encargará.