Gente que se dio una vuelta


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31 de marzo de 2014

No, gracias, yo no

Matan cobardemente a un pibe en Rosario, sospechoso de robar una cartera. En Palermo otros vándalos replican el linchamiento (www.infonews.com/2014/03/30/sociedad-132044-el-escalofriante-relato-de-un-linchamiento-en-palermo.php). El relato de un testigo es terriblemente desolador.

Echemos culpas, dale. Que es el estado que no está; que los chorros nos ganan; que estamos hartos; que se lo merecen; que hay que acabar con estos negros de mierda; que... Miles de violencias simbólicas, verbales, mediáticas, clasistas, racistas, llevan a esto. Con el agravante de la supuesta superioridad de los verdugos.

Dale, digámoslo. No merecen vivir. En cambio, la turba que patea a un pibe inmovilizado en la cara, en el cuerpo, dejándolo al borde de la muerte, sí merece la vida. Eso es justicia, claro. La que no hacen, la que merecemos, la que nos garantiza el anonimato.

El dolor de estómago que me dio leer la noticia es enorme. Deploro la turba, la cobardía, la bajeza de los que en patota y en nombre del bien se creen con derecho. Se creen superiores. Mejores.
Animales. Bestias. Inhumanos.

30 de marzo de 2014

Y claro...

Terminé de leer un libro -no diré cuál- y siento que no me aportó nada. Es decir... hay libros que aportan entretenimiento, otros, una buena historia, muchos me dejan con preguntas, alguno me replantea temas de fondo, otros son pura belleza, otros me dan un montón de datos necesarios.

Terminé este libro porque quería ver a dónde me llevaba, qué tenía para sorprender. Lo terminé medio a fuerza de voluntad. La nada misma: empieza, pasa por una serie de lugares remanidos y comunes, termina sin resolver nada, pero no de moderno, sino de inconsistente. 

De ahí me puse a pensar: es claro que quien lo escribió quería decir/se/nos algo. Usó palabras, las hiló, las ordenó, las pensó. Trazó una historia. Se sentó y le dedicó tiempo. Lo hizo.

Ahí me doy cuenta: me quedé con algo, pero no del libro en sí, sino del autor. Él lo hizo.

29 de marzo de 2014

Descendemos de los barcos

En mi barrio hay muchos italianos que llegaron durante la Segunda Gran Guerra o en la post-guerra, la segunda oleada que siguió a los de principios de siglo. Yo mismo, como gran parte de los que vivimos en Argentina, soy descendiente más o menos cercano de inmigrantes. Tengo bisabuelos italianos, un abuelo español, una abuela criolla. Muchos de los vecinos en mi barrio pareciera que han bajado anteayer del barco: hablan un cocoliche inentendible y desprecian a los morochos, anhelando un país que los expulsó.

Entiendo, aunque no llego a imaginar, que el exilio debe ser duro, que aprender una lengua no ha de ser sencillo, que empezar de cero ha de ser desgastante. Pero cuando los oigo en despotricar contra los negros -sintiéndose superiores por el color de la piel-, el país -que les quitó el hambre recibiéndolos y permitiéndoles trabajar-, cerrándose incluso a aprender un idioma luego de más de 50 años y enojándose porque no los entiendo cuando hablan... me dan ganas de olvidarme de la educación recibida y de ciertos valores, pidiéndoles, no muy amablemente, que se vuelvan.

Digan que me queda algún filtro...

28 de marzo de 2014

Pequeñeces enormes

Terminé el taller que venía dando los jueves en Villa Hidalgo, San Martín. Un promedio de 35 personas cada encuentro, en un barrio popular, a la noche, después de trabajar, cuando ya dan ganas de meterse en casa. En septiembre haremos una segunda parte.

Despunté el vicio de la docencia y con la enorme fortuna de encontrarme con gente dispuesta a participar, aprender, re-ver cosas presuntamente sabidas, re-conocerlas. Constato: tengo capacidad pedagógica y me alegra reconocerlo. Constato: creo que aportando saberes, circular, recíprocamente, nos enriquecemos. Constato: no siempre los más formados académicamente son los que mejor reciben. 

Cuando la pasión anima, cuando comulgamos, hay encuentro.

27 de marzo de 2014

Guardapolvos blancos

Quince días de paro docente en la provincia de Buenos Aires. Ofertas del gobierno provincial que no satisfacen las demandas. Marchas. Chicos sin clases. Los docentes que no aflojan en sus reclamos salariales. Las escuelas que tienen clases son las privadas o las municipales. El resto, en espera. Padres y madres que hacen malabares para ver qué hacen con sus hijos. Maestros y maestras que hacen los mismos malabares y además reclaman un sueldo mejor.

Lo más difícil: lo que está en conflicto son derechos de ambas partes. El derecho a la educación, el derecho a una remuneración acorde, el derecho a huelga... Hay derechos vulnerados. Personas vulnerables de uno y otro lado. 

Charlaba con algunos: tenemos el enorme privilegio de poder ir desde jardín de infantes hasta la universidad sin pagar arancel. La educación pública, laica y gratuita es una tradición afirmada en el país. Con sus enormes defectos, la gran mayoría de la población puede acceder a ella. Ojalá no se pierda, no se bastardee, no se pierda esta conquista ennoblecedora.
Porque los docentes lo merecen, porque los niños lo merecen. Porque lo merecemos todos.

26 de marzo de 2014

Rojas y el río

Con mi abuelo José íbamos al río. A ocho cuadras de casa había una arboleda inmensa en la costa del Río de la plata. Mediados de los '70. Pájaros, agua, verde. Podíamos sentarnos tranquilamente en la orilla.

Con la llegada de los '90 y su boom privatizador, la costa del río en gran parte de San Fernando se llenó de clubes y guarderías náuticas que se apropiaron del lugar: sólo los socios podían pasar, ver el agua, la orilla, el sol. De ahí, a sus barcos, veleros, yatecitos.

Gracias a alguna movida vecinal, recursos de amparo y demás, se abrió un camino entre dos clubes y hay, de nuevo, acceso la costa: un espacio con sombra, césped cuidado, cestos para los residuos, gente leyendo, tomando sol, mate.

Casi cuarenta años después vuelvo y descubro ese lugar. Rodeado por los clubes, los barcos, los yates, resiste ese pedacito abierto y libre. Me reencuentro con un tiempo simple. Respiro.

25 de marzo de 2014

Todo y nada

Escribo como sale, sin orden ni meta.
Voy de un pensamiento a una sensación, de una idea que se cruza antes de poder atraparla.
Repaso el día vivido, buscando algo diferente, algo como para compartir, mientras el gato duerme sobre mis pies. Un día lleno sin nada que destaque, sin nada que sobresalga.

Me levanté antes que sonara el despertador. Café, ducha, trabajo.
Almuerzo y una siesta para compensar la trasnochada.
Me despierto sin compensación posible.
Lavo ropa y la cuelgo.
Preparo algo para adelantar la comida de mañana.
Miro un poco de tele, esperando que llegue el sueño.

Escribo. Como sale. Sin orden ni meta.

24 de marzo de 2014

24 de marzo de 2014

38 años atrás amanecía Argentina con gobierno de facto, el llamado "proceso de reorganización nacional". Ni me enteré, estaba empezando Sala Verde, preescolar.

38 años después me sigo enterando: nietos que aparecen, recuperando su identidad de hijos de detenidos desaparecidos.
Personas que reivindican el desgobierno militar.
Personas que niegan el horror.
Personas que no pueden salir de él.
Personas que siguen preguntando y buscando.
Personas que aún no aparecen.
Personas que conservan la memoria mientras otros hacen culto de la amnesia.
Personas, humanos unos, otros, quién sabe.

23 de marzo de 2014

Lo que no tiene es remedio

¿Cuánto queremos saber de la verdad? ¿Cuánta verdad soportamos? ¿Vale tanto la verdad?

Si mi pareja me engaña (o viceversa): ¿quiero saberlo o prefiero la comodidad de la ignorancia?
Si tengo una enfermedad grave: ¿me entero y la peleo o me dejo morir de la tristeza?

Cuando la verdad cruza el umbral de la ilusión y la desenmascara, o nos hacemos los distraídos, o crecemos. Ya no hay vuelta atrás. Negamos o recibimos como podemos ese baldazo de agua fría que nos descentra y desubica. Es necesario recrear las coordenadas.

Atrás quedan Papá Noel, los Reyes, Superman, algún dios, uno o dos ideales y muchas ilusiones.
Por delante, todo.

22 de marzo de 2014

Fiesta simple

En esta época del año aparecen los nardos, esa maravilla.
Andaba por san Isidro, camino a una reunión. En una esquina hay un puestito de flores. Pasé y vi nardos. Paré, compré dos varas, largas, con pimpollos y flores. 

De ahí fui a la perfumería: necesitaba comprar desodorante y jabón. Dejo los nardos apoyados y una de las mujeres que atiende me pide permiso para olerlos. Son sus flores preferidas.

Unas cuadras más adelante entro en una librería. Conozco a la vendedora que me recibe entusiasmada cuando ve las flores. Mientras reviso las estanterías, ella se queda embelesada, oliendo.

Vuelvo en el colectivo. Al llegar a casa busco un florero, agua, corto un poco las varas, las pongo en el living. Vuelvo a salir.

Cuando regreso, el aroma me recibe, abrazándome, invadiéndome sin violencia. La casa se llenó del aroma -Juan 12,3-. Yo, agradecido.

21 de marzo de 2014

Asomos

Un par de ideas me habitan, giran, asoman, se esconden. Están agazapadas esperando que me distraiga. Saben, las muy astutas, que me distraigo fácil.

Mientras pelo papas o cuelgo la ropa cruzan como liebres: las distingo claramente, no las puedo atrapar.
Si me siento, paciente, a esperarlas con papel y lápiz a mano, es un paisaje lleno de nadas.
Aparecen en el colectivo, pasan rápidas, como esos carteles que no llegamos a leer.

Sé que están. Las espero.

20 de marzo de 2014

Residuos diurnos

Puff. Terrible pesadilla me atacó. Muy vívida, real.

Mientras aún soñaba, sabía que estaba soñando, en algún lugar mi lógica racional me gritaba que era un sueño. Pero no podía despertarme. Era angustioso. No había monstruos, ni muertos, ni accidentes. Todo era demasiado cotidiano y conocido, aunque deformado. Sin demasiado Freud puedo identificar de dónde salió.

Cuando pude, finalmente despertar, eran apenas las 4 am: si bien me sentía a salvo por estar en mi cama sabía que si volvía a dormirme podía soñar de nuevo lo mismo. No quería. Prendí la luz. Leí. Navegué por la web. Con reticencias volví a dormirme, superficial, cortado.

Pasé todo el día como reviviendo de a partes el sueño, desenmascarando significados, encontrando sentidos. Limpiando el inconsciente, no sea cosa que se vengue.

19 de marzo de 2014

Golpes que marcan

Desde la casa de una de las familias vecinas se suelen oír gritos. Muchos; las voces altas, ásperas. Insultos destemplados y palabras duras. Al principio creía que estaban pegándole a alguien, pero no, es la manera en la que se tratan. Otra violencia.

Si eso es lo que se vive en la casa, ¿cómo se socializan esas personas? Los pequeños, los no tan chicos, ¿cómo construyen su imagen, su autoestima? ¿Qué hace que los mayores no perciban la violencia que manejan? 

Pensaba también en las violencias más disimuladas que causo, que sufro, que desparramo, replico y multiplico. Si no hubiesen algunos gestos de amor que rescatan, sería un círculo inacabable.

18 de marzo de 2014

Todos son iguales

Las abstracciones, el terreno en el que mejor nos movemos, primo hermano de las generalizaciones:

La gente
Los jóvenes
Las mujeres
Los negros
Los ricos
La clase media
Los viejos
Los de afuera
Los de acá adentro

Dependiendo qué queramos decir, esas abstracciones pueden estar a favor o en contra del argumento de turno:

Es violenta
No piensan en nada
Son todas histéricas
Se sienten inferiores
Son mala gente
Son un tesoro
Son mejores que nosotros
Somos mejores que los otros

Las uso, las detesto, las amo, las deploro. Soy muy gente.

17 de marzo de 2014

Locos de mi barrio

El "loco de los cartones", cada vez que me lo cruzo, me pregunta la hora. Llegando a casa el domingo al mediodía no fue la excepción. Venía por la calle, con un par de bolsas y viendo qué podía cirujear.

-Hola, buen día.
-Hola, amigo, ¿qué hora es?
-Una y cinco.
-Uy, qué tarde, tengo que ir a comer.

Mientras abría la puerta de casa, lo escucho charlar con la vecina de enfrente, que estaba regando:

-Disculpe, ¿tendría un vaso de agua?
-Sí, espere que entro y traigo un vaso.
-Gracias, perdone que la interrumpa mientras riega.
-No es nada, ya le traigo.

¿Dónde vivirá? ¿Será de la villa que queda acá no más? ¿Cuándo habrá comenzado a cruzar el límite de la "normalidad"? ¿Cómo me percibirá él a mí? ¿Qué nos separa y diferencia?
Somos dos abismos de misterio.

16 de marzo de 2014

Puentes

Me conmueve profundamente encontrarme con una canción, un cuento, un cuadro, una foto, una película, un algo, lo que sea, hecho por otra persona por el simple placer o la profunda necesidad de crear belleza. Es obvio que la subjetividad manda en esto: hay algo que conecta, co-vibra, entre quien lo hizo y yo que lo disfruto. Un modo misterioso de comunión.

Cuando me sucede eso sonrío.

15 de marzo de 2014

Cuentos de Nadas

Rocío hacía una lista de los países que quería conocer. Había encontrado un planisferio. Los que les sonaban lindos al oído -Sudán, Etiopía, Mongolia, Islandia, Siria, Irán- se sumaban a algunos más turísticos. Creyendo que Miami es un país, lo puso en la lista para sacarse una foto en el castillo de Cenicienta.

-Pero ojo, las princesas no me gustan.
-¿Por?
-Porque son unas tontas, se pinchan y se duermen, pierden las cosas, se desmayan y tiene que venir un príncipe a salvarlas. Y en la vida, no hay príncipes.

No sé de dónde sacó eso. Sospecho que su madre, mi hermana, algo tendrá que ver. Como fuere, me impactó que a sus 10 años hiciese tal afirmación con tanta convicción, sin dudarlo. Conozco mujeres mucho más grandes que aunque se sienten princesas terminan aceptando cualquier sapo con tal de no quedarse solas. Conozco varones que siendo escuerzos se creen de la realeza y buscan doncellas que los sirvan.
Conozco, por suerte, otras mujeres como Rocío. Con mujeres así, el patriarcado está minado.
Alegría.

14 de marzo de 2014

Revelaciones

Comparto algo más de los encuentros que estoy dando los jueves de marzo. La mayoría de las personas que van son bastante sencillas, de un barrio obrero. Me preocupa especialmente no usar palabras raras y poder transmitir lo que quiero compartir de manera que se entienda. Me preocupa siempre, pero de una manera especial con este tipo de personas: para muchos es una de las pocas veces que hacen algo para aprender

Si comparo con otras experiencias, donde el auditorio es más formado, universitarios y de clase media/alta, debo reconocer que si bien intelectualmente, por decir de algún modo, estamos más cercanos, les cuesta mucho más deshacerse de lo malaprendido, deconstruir lo adquirido. Lo que me cuestiona cuánto de nuestros prejuicios vienen de lo que sabemos...

En un lugar del evangelio Jesús dice algo así como: Te alabo, Padre, porque le has ocultado estas cosas a los sabios y se las has revelado a los pequeños.

Eso mismo.

13 de marzo de 2014

Minas personales

"Las trampas de la fe" es el sugerente subtítulo que Octavio Paz pone a un ensayo sobre sor Juana Inés de la Cruz.  Me suenan conocidas, y compartía con otros, esas trampas, otras trampas, no necesariamente las que Paz encuentre. Hablo dentro del marco de la fe cristiana, la que intento vivir.

Cuando nos escudamos en la fe para no vivir, para soportar vivir a medias, para no animarnos, es una trampa.
Cuando no dinamiza la justicia en las relaciones, es una trampa.
Cuando es excusa para la parálisis, es una trampa.
Cuando es evasión en nubes y ángeles, es una trampa.
Cuando no se encarna sino que es espiritual, es una trampa.
Cuando son conceptos cerebrales, es una trampa.
Cuando sólo es sentimientos, es una trampa.
Cuando nos hace creer superiores, es una trampa.
Cuando nos ciega de fanatismo, es una trampa.
Cuando nos impide entender a otros, es una trampa.
Cuando es una moral, es una trampa.
Cuando no conecta con la moral, es una trampa.

Me muevo en campo minado.

12 de marzo de 2014

Espejo empañado

En los mitos del Génesis, primer libro de la Escritura judeo/cristiana, hay dos relatos de la creación: el recordado de los seis días, que acaba con la creación de la pareja humana y luego el descanso de Dios.

El otro es donde aparece el Jardín del Edén, los árboles, y un ser humano -no un hombre/varón, el hebreo es claro: Adán es hombre en el sentido abarcativo de ambos géneros- del que luego se separa la mujer, quedando constituida así la pareja primordial. Este ser humano está hecho de barro, tierra, adamá - de ahí Adán- y vive gracias a que Dios le sopla su propio aliento/nefesh en su nariz.

Hernán citaba a Borges como correlato de una foto que sacó:
"¿De qué Adán anterior al paraíso,
de qué divinidad indescifrable,
somos los hombres un espejo roto?"
                                                La cifra.

En ambos encuentro la idea de ser en parte reflejo (espejo/aliento vital); en ambos la fragilidad (espejo roto/barro). En ambos la nostalgia de un origen perfecto. La diferencia que encuentro es que la indescifrable deidad borgeana, en la tradición bíblica es alentador, animador, alfarero, jardinero que tiene un vínculo indestructible con su hechura.

Deo Gratias

11 de marzo de 2014

Eyes wide shut

Prejuicios, preconceptos, abundantes. En un curso que estoy dando hablábamos de ellos como algo casi inevitable. Anteojos, los llamábamos, a través de los cuales miramos. Aprendí -luego de errar varias veces- que si pido que hablemos de nuestros prejuicios o preconceptos, nadie los tiene. Hablar de anteojos nos ayuda a sincerarnos.

Si quiero enhebrar el hilo en la aguja con los anteojos de ver de lejos y no puedo, la culpa no es de la aguja ni del hilo. Con los anteojos de sol, todo se ve más oscuro, teñido. Si quiero ver mejor los colores, es preferible que me los saque, aunque sea un par de minutos, y me adapte al sol. Son necesarios, sirven, nos sirven. Y también nos acostumbramos tanto a ellos que nos resultan casi connaturales.

Como los mismos prejuicios, preconceptos: naturalizamos nuestro lugar, postura, ideología y es casi imposible desprenderse de ellos aunque sea un ratito. Todo un ejercicio.

10 de marzo de 2014

En esos días

Esos días que no sabés para qué te levantaste, por qué no volviste a la cama, cómo hiciste para llegar a la noche.

Nada especialmente diferente, agotador o complicado. Sólo que alguna cosa que en otro momento pasaba sin pena ni gloria se hace una montaña mínima y ridícula. La razón, esa insensata, dice que no es nada, que es mínimo, que ya está. El cuerpo, el corazón -otros exagerados- dicen que sí, cómo no, que claro que es algo, que es todo.

Por suerte me conozco. Una buena noche de sueño y se pasa. Dos, a lo sumo.

9 de marzo de 2014

Perder el tiempo

Visitaba a una mujer, anciana, 76 años. No la conocía pero una amiga de ella me comentó que andaba más o menos. Me daba mucha fiaca ir, en verdad, lo demoré unos días.

Me recibió la mujer que vive con ella y la cuida. Me esperaba en el living, nerviosa, ansiosa. En la cara se le notaba que estaba triste. Nos sentamos a la mesa, en diagonal. La miro, le tomo la mano, me dice que no puede respirar. Mientras le acaricio la mano para tranquilizarla le propongo que respire hondo y largue el aire de a poco. Charlamos, se pierde, me cuenta de su depresión, le digo -sin mentir- que la entiendo, me cuenta del Parkinson, de lo poco feliz que fue...

Escucho, asiento, pregunto, acaricio Me dice: Ud. tiene cara de hombre feliz. Me descoloca la observación.
¿De qué depende mi felicidad? ¿De la salud, la juventud, los hados, las personas que quiero y me quieren, de Dios? De todo, de mucho.
Espero haberle dejado un poco, aunque fuere.

8 de marzo de 2014

Mujeres 2014

El gobierno de la Ciudad autónoma de Bs As organizó un festejo para las mujeres en su día: rifas de tostadoras, gimnasia, meditación, una mujer que habla de sexo, astrología... es decir, la nada misma.

Algún cráneo -masculino o femenino, como fuere- cree que eso es un modo de celebrar a las mujeres. Más de uno o una estará feliz con esa cosa edulcorada, deforme y tan propia de una manera de concebir a las mujeres, plurales, múltiples, variadas como una única feminidad que quiere saber lo que las estrellas le deparan mientras se relaja respirando hondo, deseando ganar algo tan trascendental como una tostadora. 

Prefiero celebrar 
  • a las que sufren violencia, de parte de los varones y de parte ¿peor aún? de otras mujeres.
  • a las que hombro con hombro, o pasos más adelante que nosotros, dan la vida y no sólo dan vida.
  • a las que me hacen mejor varón, más hombre completo.
  • a las que trabajan más que nosotros para lograr la mitad mereciendo el doble.
  • a las que no quieren ser lo que tienen que ser sino lo que desean.
  • a las que ni siquiera saben que tienen derechos.
  • a la que me parió y a las que me siguen pariendo.
A ellas, sin tostadoras ni horóscopos, ¡salud!

7 de marzo de 2014

Pánico telefónico

Me llaman del banco para ofrecerme un seguro de vida, riesgos, accidentes, mal de ojo, hipo, acné y pie de atleta.

Correctamente se presenta -Alejandro, de MetLife- me avisa que la conversación va a ser grabada y me habla dando por sentado que me interesa su producto, que lo voy a aceptar y que es lo mejor que me puede suceder. Pasa a describir una serie de beneficios que puedo obtener si tengo antes muy mala suerte. Incluso morir, claro.

Le agradezco educadamente, le digo que tengo una buena cobertura médica, que no me preocupa morir, que no me interesa un seguro de vida...
Insiste queriendo saber y claro, infundiéndome miedo porque nadie está a salvo.

-No, gracias, no me interesa, Alejandro. Adiós.
-Pero no por ud., por los suyos.
-No, gracias, no me interesa, me parece que no me escuchás.
-Pero nadie está exento de...

-Lo sé, gracias, no me interesa. ¿Estás escuchándome?
-Pero...
-No, gracias, te digo. Chau.

Entiendo que es su trabajo. Entiendo también que insista. Me parece tremendo que la catástrofe sea parte de su discurso y peor, que no entienda que no me preocupa.

Vivo así, a la que te criaste.

6 de marzo de 2014

Enfoques

Es genial cómo tomamos en serio cosas que no son trascendentes y las trascendentes o importantes las ridiculizamos o ignoramos.

Partidos de fútbol, chismes de farándula, bobadas de las redes sociales, música de moda transitoria, crisis ajenas, celulares último modelo, kilos de más o de menos, propios o ajenos, por nombrar unos pocos. 

Trabajar con y por otros, buscar el bien común, elegir bien, tomarse tiempo para lo que vale, pensar en los demás, abrir puertas, propiciar encuentros, cuidar la vida, amar en serio, respetar la diversidad de lo humano.

Si entendiésemos...

5 de marzo de 2014

La esquina del olvido

La memoria es selectiva, lo sabemos. No sólo es que con el tiempo nos olvidemos sino que también hay cosas que no recordamos porque elegimos inconscientemente no recordarlas. Otros recuerdos los magnificamos como con lupa idealizándolos o haciéndolos más terribles que el hecho vivido y recordado.

Converso con personas con quienes hemos compartido algún acontecimiento: se hace patente esta selectividad, esta lupa o catalejo.

Cuánto más si es la memoria colectiva de un grupo, tiempo, país.

Sospecho que para muchas cosas la memoria es más determinante que la realidad presente.
Sospecho, no más.

4 de marzo de 2014

Tiempo lento

Ayer almorzamos/merendamos/tomamos mate/café con la tribu. Bendito lunes de carnaval feriado que nos regaló estas horas.

En casa, tranquilos, aprovechando el parque. Algunos de los pequeños fueron a la pile, desafiando el día medio otoñal. Los más chiquitos correteaban charloteando en un idioma propio. Todos torturaban a la gata que se deja torturar y juega, de cachorro felino a cachorros humanos.

Pusimos una mesa caótica: ya pasó el tiempo de las mesas "prolijas": vasos, cazuelas, cubiertos en caos, cada quien agarre lo que pueda. Mientras comen los más chiquitos, los mayores picoteamos algo. 

Chechu había comprado para cocinar un arroz al disco con carne y verduras. Trajo el disco, claro; yo cortaba y preparaba las cosas. 

Armaron el fuego, pusieron el disco, tiramos las verduras, la carne, el arroz... Repartimos a cucharadas, disfrutamos lo rico de lo sencillo. Después, tortas que quedaron del cumple de Mateo, un budín de la mamá de Tincho, alfajores caseros de la costa.

El sol, los colibríes, un pájaro carpintero, las gatas, viento en el álamo, gritos, risotadas, charlas que se cortaban y continuaban al rato.
Estado de gracia.

3 de marzo de 2014

Montañas y valles

Una señora que acompaño hace un tiempo decidió -animada por mí- consultar con un psiquiatra. Fue diagnosticada bipolar. Cuando me lo contó, ya hace un tiempo, se sentía aliviada al entender que mucho de lo que sentía o le pasaba no era su responsabilidad sino que era parte de su enfermedad. Comenzó con la medicación y en muy poco tiempo le cambió notoriamente su calidad de vida.

Unos meses después, ya acostumbrada a sentirse mejor, le cuesta un poco distinguir una tristeza legítima como la que produce un duelo de un síntoma de bajón depresivo. La alegría de encontrarse con su hijo que vuelve después de meses sin dar señales de vida se le confunde con un estado maníaco. Tiene miedo de sus emociones: tanto tiempo sintiendo picos y pozos hacen que desconfíe de ella misma. 

2 de marzo de 2014

Coca, in memoriam

Murió Coca, una hermana de mi padre, pasados ya los ochenta años. Me enteré mientras estábamos celebrando el segundo cumpleaños de Mateo. Quise quedarme un poco más, pero no pude, tuve que venir a casa, al nido, al útero.

Uno de mis primerísimos recuerdos es estar en sus brazos, en una pileta inmensa. Yo tenía dos años -sí, guardo memoria de algunas cosas de ese tiempo, sobre todo de ese viaje a Mendoza-. Ella tarareaba una tonada y cuando terminaba, sumergíamos la cabeza en el agua. Probablemente haya sido la manera en que me aprendí a no respirar bajo el agua. La melodía me sigue resonando: larira, lairá...

Me enseñó a jugar a la casita robada, a la escoba de quince y al chinchón. Pasé muchas tardes en su casa, la visitaba aunque mis padres no fueran. Mientras ella planchaba me contaba anécdotas de la familia, de su niñez, de sus hermanos. A veces hacía una pasta frola de dulce de leche que tenía sabor a cielo.

Años atrás, visitando a su hermana mayor que vive en Estados Unidos tuvo un ACV y ya no volvió a ser la misma. Se le confundía el tiempo, perdió la memoria de corto plazo, se perdía cuando había mucha gente. El último tiempo estuvo en un geriátrico porque necesitaba cuidados constantes. A veces mis padres la traían a casa de ellos unas horas, hasta que ya no pudieron.

De a poco se van moviendo las piezas de la vida y nos toca a nosotros ir siendo techo.

1 de marzo de 2014

De todo, como en botica

Cuando puedo trascender momentáneamente mi metro cuadrado mental me encuentro con miradas nuevas, sabores diferentes, experiencias muy otras que enriquecen, desafían, conmueven, renuevan, angustian, cuestionan, sacuden.

En la inmensa variedad de lo humano, con todo lo que tiene de bello, doliente, superador, desconcertante, hay abismos apenas explorados.

Por eso no deja de asombrarme cuando me cuesta trascender mi metro cuadrado para entender la maldad, la aberración del desprecio por la vida ajena. No hablo del pibe que roba para drogarse -tópico prejuicioso de toda clase social-, sino del narco malnacido. No de la mechera que roba en el supermercado, sino del CEO del mismo supermercado que acapara productos.

De a ratos me siento muy inocente e ingenuo. Sé que no lo soy. Me desconcierta.