Gente que se dio una vuelta


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22 de febrero de 2010

Sobre el lenguaje 2

Hago un cut and paste de algo que escribí hace tiempo. Surgió de la evidencia del lenguaje que es machista, derechista y racista. I. e.: los genéricos masculinos o las palabras que en femenino son despectivas (¡PERRA!); las cosas ilegales van por izquierda; si va mal, se pone oscuro o nos las vemos negras... Es como un primer acercamiento al tema en forma de monólogo. Con pudor, ahí va.
"Soledad... No es lo que siento: es mi nombre: Soledad. O mi karma, no sé. Abstracto, indefinible, pesado. Con el sabor de la penitencia en el rincón, el color gris del invierno, la fría suavidad de una lágrima, olor a cuarto cerrado y vacío. Soledad, igual que la isla del sur, abrazada de vientos, aislada por mares violentos, olvidada, lejana. Soledad, Sole, Solita... como la actriz, pero sin público.

Madre debía ciertamente despreciar su género; tal vez quería cargarlo sobre nosotras a modo de prejuicios o venganza: ser mujer es ser Soledad, Dolores, nombres que eligió para sus hijas. Como si llamándonos hubiera sellado nuestro destino o como si diciéndonos conjurara a la felicidad para que se apartase de nosotras, para que nos esquivase de por vida. Ni la delicadeza del Rocío, ni la claridad de una Luz, ni la libertad de una Paloma, siquiera. Más que llamarnos, nos sollozó; más que nombrarnos, se compadeció de nosotras. Por un momento quiero pensar bien de ella: quizás sólo intentaba advertirnos. ¿De qué?. Lo ignoro.

Para compensar, nos hubiera venido bien una Remedios, un Amparo, una Consuelo si no, aunque las pobres nos cargaran como un peso solidario y compartido. Tampoco hubieran sido felices.

Los varones tuvieron mejor suerte: nacieron machos y fueron Lucas y el pobre Segundo, que claro, nació y vive así, segundo en todo. A su manera es feliz. Al menos no tiene sobre sí la soledad o los dolores; al menos es segundo de un otro. Hasta dónde sé, los varones no tienen nombres como estos; no conozco ningún Solo ningún Dolor. Violencia de género.

¿Qué habrá llevado a madre a llamarnos así?. Debe habernos engendrado entre dolores. ¿O será que nos parió con la sola compañía de médicos y comadronas?. ¿O, que de algún modo, somos ella?. ¿Qué le impidió a padre imponernos otro destino?. Acaso, también él crea que las mujeres somos eso: soledad y dolor, lejanía y lamento. O viviendo con madre, fue lo único que recibió de ella. O lo único que él supo darle. O lo que pudieron o supieron construir: penas y desencuentros.

Sin ponerme trágica, reconozco que no he sido feliz. Y lo he intentado. Cada intento de salir de la tristeza era desplazado por la melancolía; saliendo de la siniestra soledad, sólo encontraba un dolor más oscuro. Cuando el horizonte se pierde, lo más parecido a la dicha, para mí, es el olvido. Si siento que no puedo avanzar, olvido, anestesio, pierdo. Al punto que hoy por hoy me descubro página en blanco, casi virgen de historia buena o mala. Sin cuentas que rendir; sin abrazos que esperar o lamentar. Nada por perder, mucho por ganar.

Estoy buscando renombrarme, recrearme, redecirme... Hacer de mi soledad un espacio habitado, transformar los dolores de mi hermana en abrazos compasivos. Dejar el lamento y ensayar un canto mío, propio, desafinado, pero tan mío como nada. Romper el círculo eterno de desencuentros y generar una Compañía, un Alivio. Construir otra historia, la mía, sin culpas ni ensayos; con errores responsables, ávidas búsquedas.
Pero tengo miedo de que se me haga tarde y la soledad ya duela, los dolores queden solos".



Ecos




Mariana Casale O'Ryan
Uno de los legendarios tíos de Rory, parte del clan de médicos O'Ryan, se llamaba "Innocent Mary": sí, era varón, y como había muchos médicos en el clan, en lugar de llamarlos por el apellido ("Dr O'Ryan", como sin duda llamarán a mi cuñado, que tiene un PhD en psicología clínica y ningún pariente "doctor" contemporáneo que trabaje con él), lo llamaban por el nombre de pila: "Dr. Inno" (sonaría tipo "doctorino"). Dicen que era el más alegre de todos, pobre Inno...
El 15 de enero a las 9:35 · 
Mariana Casale O'Ryan
¡Muy bueno el texto, Pablo! Casi cómico en su tono de trágica inevitabilidad.... más, más, más! ;)
El 15 de enero a las 9:37 · 
Pablo Berbegall
"il piccolo dottore", pobre hombre. Innocent   Mary... ese nombre te marca muy mal. Ja!.
Gracias por lo del texto, fue una cosa de sentarme y poner todo junto... Le falta mucho, pero creo que la idea está ahí.
El 15 de enero a las 12:56 · 
Pilar Fidanza
¡Me encantó el texto, Pablo!
El 16 de enero a las 18:01 · 

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