Gente que se dio una vuelta


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25 de febrero de 2010

Head against the wall







Para no hacer de mi ícono pedazos;para salvarme entre únicos e impares;para cederme lugar en sus parnasos;para hacerme un rinconcito en sus altares.Me vienen a convidar a arrepentirme,me vienen a convidar a que no pierda,me vienen a convidar a indefinirme,me vienen a convidar a tanta mierda.
Silvio Rodríguez, El necio

Silvio es un poeta, de los grandes, de los buenos. Silvio supo cantarle a la mujer con sombrero, a la revolución cubana, al sueño con serpientes, al ala del colibrí. A él mismo. 
“El necio”, en sus propias palabras  «Es una canción de marketing, de precios. Y para que nadie se imagine que soy santo, voy a poner el mío (por ahora): El levantamiento del bloqueo a Cuba y la entrega incondicional del territorio Cubano que E.E.U.U. usa como base naval en Guantánamo.». En mis palabras, no las suyas, es un himno a la resistencia, a cómo permanecer en las luchas aunque se pierdan batallas.

Digo: una manera más madura e integrada de ir contracorriente, a seguir eligiendo y optando por sueños y quimeras, de creer en las infinitas posibilidades de lo humano en su bondad. En lo que con otros y otras podemos ir conspirando, tramando, armando. En las redes que podemos armar, en la vida que elegimos cuidar y celebrar.  Y todo esto pese a.

Pese a las decepciones propias y ajenas, A la poca prensa de la bondad. Al cansancio de la apuesta. Al desprecio de los que saben. A la risa de los escépticos, Al intento repetido de confiar y contagiar. A las opciones ajenas.  A las propias contradicciones. A tanto. A todo. Y a nada.





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