
Esto viene a título de ver en cuántos lugares se están instalando y usando las cámaras callejeras. En muchas ciudades del mundo, incluso en nuestro país, que se cae del mapa, es prácticamente posible ser filmado desde que salís de casa hasta que volvés. Gran Hermano dejó de ser parte de un libro profético o programa de TV para ser realidad cotidiana.
Claro, la excusa es la seguridad, diosa de este comienzo de siglo. Como toda diosa, exige ciertos sacrificios: la privacidad, la confianza, la intimidad. Como toda deidad, Seguridad también le falla a sus fieles: a veces se distrae y, por más que ve, no interviene. Pero al menos graba tu muerte.
4 comentarios:
Mi ventana es la más aburrida del mundo, ni se gasten, ni a mi me da curiosidad
Cuando vi Dejà vu estuve a un paso de la paranoia absoluta: casi me hago un sombrero de papel de aluminio para evitar que me localicen.
lo mas triste de todo esto es que yo, un nn cualquiera puedo ver el techo de mi casa por la pc pero tengo que creerme "los daños colaterales no intencionales por error de coordenadas" en Iraq.-
No lo había pensado desde ahí, Javier. ¡Caramba que suma lo que decís!
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