Gente que se dio una vuelta


© Copyright

Si querés copiar y pegar, claro que podés; pero citá la fuente, ¿sí?. Gracias.

30 de octubre de 2010

Fraternidad, sororidad. O no.

Es casi imposible estar de acuerdo 100% con otro/a. A veces, las más, es casi imposible estar de acuerdo con uno mismo. Por eso cuando demonizamos o canonizamos sin más a otro, estamos ejerciendo una violencia tremenda, que es eliminar las contradicciones o los matices. En el otro, la otra, en mí mismo.

Vengo con algo en la cabeza que me hace ruido; desde tiempo atrás siento como el desafío de mirar a todo ser humano como hermano. Desafío, dije, que no quiere decir que me salga. Hermano, hermana, no para amarlo, comer perdices y ser felices, sino para reconocerme parte de la misma familia humana.

Alguna vez he dicho que Teresa de Calcuta y Adolf Hitler habitan en cada uno; somos capaces de lo mejor y de lo peor. Nadie es tan santo como para no pecar ni tan pecador como para no hacer algún bien.

No digo que me salga, es más, de algunos no quiero ni siquiera pensar que pertenezco al mismo planeta. Pero eso no niega ni quita que sí, que cada ser humano es mi hermano, mi hermana. Aunque lo odie o lo malquiera.

No hay comentarios: