Gente que se dio una vuelta


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23 de octubre de 2010

Ni primas.

A veces, sólo a veces, me invade una esperanza irracional. La mayor parte del tiempo no, apenas la necesaria a cualquier ser humano.

Me sucede a menudo que, al ver a otros que se ilusionan y sueñan, me dan ganas de decirles que eso no es esperanza, que la mayoría de las veces, eso es una ilusión, un espejismo. Cuando lo hago, es difícil que se entienda...

La esperanza es oscura y ardua, como su prima hermana, la fe. No creemos ni esperamos porque veamos, porque sea evidente sino, justamente, porque hay indicios, pero no seguridades, brotes tímidos, pero no frutos.

La ilusión, esa traidora, es la responsable de tanta desesperanza, de tanta falta de fe. Vende vidrios de colores que distraen, que anestesian. Y cortan, porque no dejan de ser vidrios; y lastiman, porque aprovechan la anestesia.

La esperanza es desafío; la ilusión, magia.

En esto también prefiero la carne viva antes que la distracción.

1 comentario:

Pablete dijo...

Cut and paste de Tincho:

Tincho IMPECABLE. Son las palabras más cercanas que encontré, sobre lo que también pienso.

Pablo Gracias, che... Aprecio -lo sabés- tu mirada. Y dale, poné tus palabras. Estoy intentando hilar algo...