Gente que se dio una vuelta


© Copyright

Si querés copiar y pegar, claro que podés; pero citá la fuente, ¿sí?. Gracias.

16 de abril de 2010

No te lo voy a permitir...

...diría la inefable Zulma Lobato.
No suelo hacer "reclamos afectivos" ni me gusta que me los hagan. Y si los hago, es a quienes, en algún punto, me son significantes; lo mismo que si los recibo.
Tiempo atrás una mujer me hizo un reclamo de este tipo -justamente hoy lo charlábamos en el almuerzo con Ceci y Ali-. Creo que si hubiese conocido dónde se metía, ni empezaba.

-Siento que  cuando te llamo no tenés ganas de hablar.
(si me llamás varias veces por semana, más de una al día en ocasiones, nunca menos de 15 minutos, para nada trascendente ni importante, capaz que no tengo ganas)
-No me llamaste para ver cómo estaba.
(no llamo ni a mi vieja, y además, hasta dónde sabía estabas bien. Si te pasaba algo nuevo, hubieses avisado, porque se me descompuso la bola de cristal)
-¿Qué te parece si hacemos esto?
(La verdad, está nº 360.543 en mi lista de prioridades y en las prioridades de la comunidad; me da que es capricho tuyo)
-Pensé qué éramos amigos...
¡¡¡ERROR!!!. Cuando mucho conocidos que tienen que trabajar juntos. Llevémonos bien, dale, pero no pretendas más. En todo caso, pedile a tu marido, hermana, hijos que te den un poco más de bola, pero no pretendas que yo te llene el vacío existencial. Y si no, pagáte un buen terapeuta.

Sép, no es lo más simpático, pero: ¿no se evitarían muchos malentendidos (tuve que buscar el plural en el diccionario panhispánico de dudas)  si de entrada clarificáramos las cosas?. ¿O si al menos no pusiéramos tanta expectativa en lo que el otro/a puede, debe o quiere darme, y nos dejáramos asombrar por lo que va saliendo?. Y si no sale nada, tampoco se pierde tanto.

Lo cierto es que me asombra cuánto adulto "quinceañero" hay. Y no te voy a regalar mi energía, che.

No hay comentarios: