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Eso no quita que todo el día haya tenido ganas de fumar, y ni les cuento después de comer o con un cafecito. Pero al menos estoy haciendo el intento. Y no dejo de pensar: Uy, qué buen pucho me fumaría.
¿Qué me llevó a esto?. Estar a un año de los 40, querer tener más aire para poder cantar y bailar en comedia sin morir, ahorrar el dinero que gasto (¿gastaba?) para comprarme otras cosas que me den placer, querer liberarme de la dependencia... Eso entre otras razones. Ahora, a cuidar y no reemplazar por otras cosas -caramelos, comida-...
Pero reconozco que fumar me causa muuucho placer. Y no quiero convertirme en uno de esos ex fumadores que se hacen talibanes de la vida sana, olvidando de dónde vienen... Por ahora, día a día.
2 comentarios:
¡Ánimo, ánimo, ánimo! Desde acá, te mando abrazos y toda la energía posible para que puedas vencer el hábito y sentirte bien.
Día dos y ¡bien Pilar!. Gracias por la onda.
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