
Sin embargo, no fue un femicidio más; el tesón de Marta Pelloni, los Morales y gran parte del pueblo catamarqueño, hizo tambalear el sistema: María Soledad fue un juguete para los hijos del poder en una provincia -como muchas- donde el caudillismo está a la orden del día. La investigación (varias, en verdad) sólo puso de manifiesto una serie de irregularidades, cubriendo a los poderosos. Total, era una minita rápida, como si eso justificase lo aberrante.
El lunes reporteaban a Ada, la mamá. Que qué opinaba sobre la liberación de Luque, qué le parecía. Cuando esperaba que respondiese indignada, dijo algo así como: "Está bien, la ley se cumplió. La misma ley que todos queremos cumplir; eso no significa que la ley sea justa. Hablo sin odio ni rencor".
Que Luque esté en libertad es legal, no justo. Clarísimo lo de la sra. Morales. Clarificador.
Pienso: cierto, lo legal no siempre es justo, es una obviedad. Pero escucharlo de una víctima me sacudió profundamente.
En algún lugar sentí que esta mujer nos ganó a todos.
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