Gente que se dio una vuelta


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21 de agosto de 2010

Fervoroso

Tres días encerrado, con mocos, fiebre y esas bellezas, son demasiado para mí. 
Lo sé, no es nada, hay enfermos crónicos que soportan lo indecible. No tengo derecho a quejarme, pero lo hago. En realidad, soy mal enfermo pero buen paciente. Del médico,al menos.

Me duela la cabeza y no puedo leer, la tele es una colección de mediocridades -a no ser algunos momentos en el cable-, la compu me hace mal después de un ratito... Litros de té con limón y jengibre, pastillas para la garganta, ibuprofeno, la sensación de tener una pelota de tenis en la garganta, sopas y más sopas.

Al menos me pongo al día con los chismes de la farándula, elijo qué cosas comprar en ¡llame ya!, pienso en convertirme al evangelismo, aprendo sobre los sedimentos marinos, me informo sobre las migraciones de las ballenas en el pacífico. Claro que después todo se me mezcla y, en esa modorra que me da la temperatura, termino viendo a una ballena evangelista vendiendo jugueras.

Es lo que hay.

1 comentario:

Mariana dijo...

Espero que te mejores pronto !
Besos