Gente que se dio una vuelta


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19 de enero de 2013

Vueltas

"Lo que pasa es que a vos te gusta complicarte", me dicen, a veces, con tonito de reproche. Casi culpabilizando.

Nada más lejos de la verdad. No me gusta complicarme, no gozo con las complicaciones, en absoluto.
Pasa que no me sale, no puedo, hacer o tener miradas superficiales. Podrán o no ser acertadas o correctas, seguro. No tremendamente profundas, claro. Sólo un poco más que la media: conectar causas y efectos, ver  algunas cuestiones que no son tan evidentes, poder resolver un silogismo y ver si es o no cierto...

Qué más quisiera, de a ratos, que ser un inconsciente feliz.

4 comentarios:

Javi dijo...

A veces lo difícil para mi es profundizar en las cosas que lo merecen y tener una mirada mas trivial en las que no...

Pablete dijo...

Eso es todo un tema. Hay quienes -no por vos, claro- trivializan las consecuencias, por caso, del capitalismo y profundizan la crisis de una pareja de la farándula.
Algo así.

Pablete dijo...

Mariana dice:"No estoy segura de haber apeetado los botines correctos en el blog en sí, así que pego mi comentario por acá también:
Me siento identificada, Pablo. Me da mucha bronca cuando se le llama "complicación" a lo que es, en ralidad, una búsqueda de claridad. Como apuntás: todo lo contrario... Me pasa igual.
Pero, además de darne bronca, es algo que ne preocupa, también, como a vos. Es la misma actitud que te advierte que no hagas demasiadas preguntas. Es la anulación voluntaria del pensamiento crítico, en mi opinión vestigio sumamente vivo de las experiencias de autoritarismo que vivimos en el país. Y si, es grave."

Pablete dijo...

Gracias por el comentario, Mariana.
Yo no sé si es sólo consecuencia o vestigio de la historia del país. Lo noto en otros/as con los cuales no compartimos nacionalidad. Por caso, como charlábamos alguna vez, en el simplismo estadounidense en el planteo de la portación de armas. Mero ejemplo, claro.
Si creyera en las teorías conspirativas, pensaría en algo así como la neo-lengua de 1984 y su reducción de concepto, para ir eliminando las capacidades interpretativas. No sé. Siento que mientras una ¿minoría? puede analizar, una gran ¿mayoría? -suena espantoso, dicho así- digiere, no más, sin paladear, sin saborear...
No sé.