Estábamos con mi hermana, Facu, que tendría dos, tres años, no más, en McDonald's. Veníamos de la clínica pero no me acuerdo por qué.
Entra un chiquito a pedir. Viene a nuestra mesa. Me voy con él a comprar algo y mientras hacemos la cola, siento que me tocan de atrás. Era Fa que traía la mitad de su hamburguesa para compartirla. Respirando hondo, recibo el pedido, vuelvo con todos a la mesa, y comenzamos a charlar.

Charlamos un rato más. Vemos que no termina la comida.
-¿No tenés más hambre?
-No, le guardo un poco a mi hermana que está afuera.
Ay...
Algo del reino pasó cerca. Facu nos lo mostró.
2 comentarios:
Ayyyyyyyyyyyyyyyiiiii!! se me estrujó el alma. Gracias por contarla.
Cariños
Vale
De nada. Estoy desde hace unos días con el tema de la "mesa" que se comparte.
Lo pienso desde las prácticas del maestro: con qué personas hacía comunión de mesa, las acusaciones por esto, etc...
Il faut (es necesario, hace falta) compartir más mesas, muchas.
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