
Y esas nadas verbales son signo, creo, de la pereza mental, de la falta de palabras para decirse, para contarse... Difícilmente lo que nos pase, sintamos, hagamos, pensemos, juzguemos, sea nada. Si lo sentimos o lo percibimos como nada es tremendo.
No hay manera en eso, por eso, de relatar, de decir-se, de tener historia, de hacer historia... Todo es nada vacía. Me da como miedito.
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