Gente que se dio una vuelta


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1 de marzo de 2010

Mientras tanto, busco.

Me quedó sonando algo que leí de Vale, una amiga. Hablaba -escribía- de optar por un modo de vida más austero y más solidario. Tomo estas palabras y para variar, me las apropio.
La solidaridad goza de buena prensa. Mi pueblo, el argentino, se enorgullece de ser solidario. Y en algún lugar, creo que es cierto: con tantas sacudidas económicas y sociales hemos ido aprendiendo algo. 
Ahora bien: me parece que hay que avanzar unos pasos y pasar de la solidaridad catastrófica vertical, que es puntualísima y esporádica, al modo solidario de vida: la conexión, la proxemia, la empatía. Y acá aparece de la mano la austeridad, quien, pobre, no tiene tan buena prensa. 
Austeridad: vivir con lo necesario, saber administrar y no derrochar al cohete, no inventarme ni dejar que me impongan necesidades. ¿Está bueno tener un I Pod?, claro que sí. ¿Lo necesito?, la verdad que no...
Esta austeridad nos abre la posibilidad de la solidaridad habitual: cuanto de menos cosas superfluas, en algún punto, dispongo de más: más sensibilidad al afuera, más capacidad para empatizar con el otro, con la otra, más transparencia en la administración de los bienes... Ojo, soy consciente que digo (escribo) esto en mi netbook, sabiendo que tengo comida y techo... Pero aún así, apuesto a lo austero.
 Me libera: no debo pelear por llegar, aparentar, acumular... Me fraterniza: aprendo a compartir lo que tengo y lo que soy. ¡Hasta es más ecológica, ya que produzco menos residuos!.
Igual, no es algo que tenga resuelto, pero voy intentando transitarlo. Y mientras tanto, busco.

1 comentario:

Vale Marsans dijo...

Perfecto!!
La dinámica de la vida austera y solidaria, nos lleva a transitar un mismo son. y está buenisimo!!!

Cariños
Vale