Gente que se dio una vuelta


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8 de marzo de 2010

π = 3,14...

Así es como logré recordar unos versículos del libro del Éxodo. Brevemente: este libro de la biblia narra la esclavitud en Egipto, liberación, peregrinación por el desierto, del pueblo de Israel.
Y en 3,14... es cuando desde la zarza, YHVH le revela su nombre a Moisés: "yo soy ''EL QUE ES''". Me llama la atención que el Dios que se le revela a Moisés no tenga más nombre que este. No lo define un nombre, como a los Dioses y Diosas de los pueblos vecinos, sino una/s acción/es: escuché, vi, bajaré, liberaré...
En esta falta de nombre (o de definición, que en la mentalidad semítica es lo mismo), creo que se asoma el misterio, lo inabarcable. Como no se lo puede nombrar, definir, tampoco se lo puede abarcar, limitar, encasillar. La magia queda lejos: no se lo puede manipular. Hay que verlo, descubrirlo, percibirlo, en acción, en sus gestos y gestas.
Me quedo con esto, por ahora: el fondo del ser, es misterio inaprensible. El de Él/lla, y el nuestro. Somos misterio, en el fondo. Misterio a ser recorrido, intuido, asomado, aunque nunca acabado, develado.

1 comentario:

Vale Marsans dijo...

da vertigo cuando las posibilidades se abren.... pero prefiero!

Gracias!