
También es cierto que las personas vivimos repitiendo un par de músicas de fondo -desconfianza, temor a la muerte, esperanzas, generosidad-, desde la cuna hasta la tumba. Y que estas "músicas de fondo" -por decirle de algún modo-, van impulsando o frenando en las opciones, los estilos, las búsquedas.
Eso, creo, que con algunos nos chirríen los oídos, con otros compartamos melodías sin notarlo, con otros seamos sinfónicos. O con otros deseemos ser sordos.
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