Gente que se dio una vuelta


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6 de diciembre de 2010

Novedades de hace siglos ll

Para avanzar hay que parar. Y para ir hacia el mañana, mirar el ayer.
Así terminaba ayer y desde acá intento desenmarañar algo más de esta expresión medio paradojal. 


Cuando parece que la única manera de vivir es avanzar a cualquier precio, tengamos o no fuerzas, ánimos, deseos, ganas, parar es contracultural. Parar para encontrar-se-me-nos con el deseo, con lo vital, con las ganas profundas. Parar para mirar un cielo que atardece u oler los jazmines que estallan. Parar para poder ver si es inercia o vida lo que nos mueve.


Mirar el ayer más remoto, cuando no nos complicábamos e incluso antes que eso, cuando nuestros abuelos aún eran soñados por sus tatarabuelos. Cuando con menos éramos más, cuando la sabiduría estaba no sólo en lo rápido sino también en lo profundo.  Cuando al calor de la tribu, de la mesa, de la manta, la vida tenía paso humano, sapiencial, cercano.


Ahí, no esotéricamente, sino al alcance de la memoria ancestral, la sabiduría espera. Cerca.

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