Gente que se dio una vuelta


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31 de enero de 2014

¡Juguetes!

Fui a una juguetería para comprar el regalo de Manuel que llega a los 6 años. Una de esos lugares
que sólo venden juguetes, juegos y cosas así. El paraíso del niño que tenemos adentro, podríamos decir.

Gracias a que la mamá me orientó en lo que le anda gustando, encontré en seguida unos Legos con piratas. Rápido. Miro hacia abajo y me encuentro con un par de cajas inmensas de Playmobils, de esas que traen mil cosas y cientos de muñecos. Si me sobrase el dinero, me las compraba.

Uno de mis juguetes preferidos fue, justamente, una caja no tan grande, pero para aquellos años lo era. Mi padrino que venía cada tanto de Estados Unidos me llevó a comprarla y me dejó elegirla. Era la corte de un rey, con reina, soldados, caballos, copas, mesas... La felicidad en plástico duro.

Hoy día sigo recordando esos muñecos como el summum. 
Cada vez que puedo, vuelvo a jugar, no ya con esos, sino con otros Playmobils. Vuelvo a un lugar sagrado.

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