Gente que se dio una vuelta


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1 de noviembre de 2013

Abracadabra

Durante un tiempo creí, como la mayoría, en Papá Noel, el ratón Pérez, algún genio o hada de cuentos que convivían con el dios cristiano, alguna virgen y algo más. 

Cuando rezaba a la noche, antes de dormir, todos eran destinatarios de las oraciones. La magia, la fantasía y la fe se me mezclaban.

Poco después, descarté a los personajes de fantasía y me centré -catequesis mediante- en Jesús, María y Dios. Desaparecía la fantasía. La fe empezaba a personalizarse. La magia seguía.

Sigo siendo un hombre creyente y practicante: creo que Jesús es mesías y redentor. Que su propuesta es válida y valiosa. Sigo rezando con fe. Voy entendiendo que la magia no existe. Que existen muchos y muchas que se empeñan en una fe que se haga carne. Creo en ellos. También.

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