Gente que se dio una vuelta


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23 de mayo de 2012

Ancestros

Por un link que compartió Gerardo, pude dar con el registro de la entrada de mi abuelo paterno a la Argentina. Había intentado rastrearlo antes sin resultados: el apellido con el que ingresa estaba mal anotado.

Miro los datos y me duelo un tanto, me admiro otro. Con 16 años llega solo a Buenos Aires. Viene huyendo de un destino impuesto por su familia: lo querían sacerdote, y gracias a un ¿tío, primo, tío lejano? que era cura y tenía mucho sentido común, consigue cambiar su destino. Este pariente le da el dinero para viajar al sur del planeta. Hacia otra vida.

Llega a Buenos Aires y se declara jornalero, un trabajador golondrina, diríamos nosotros. Una golondrina que voló lejos. Viene en el France, desde Valencia, el 2 de enero de 1911. Tiene una dirección a la que acudir en esta ciudad ajena. Cuentan que, ya estando en la puerta, no se animó a llamar, quizás le haya ganado la vergüenza.

Quizás haya elegido Córdoba como destino porque le sonara de España. Ahí, en la Oliva cordobesa encuentra un eco de su Oliva valenciana natal.
Y encuentra a Irene, con quien tendrán pobreza, trabajo. Y diez hijos.

Se me instaló un nudo en la garganta...

1 comentario:

Vale Marsans dijo...

LEíste el libro "Ay mis ansestros" ... es una mirada psicoanalítica de la historia familiar, una panzada pero si lo lees con rivotril... yo no pude!