Gente que se dio una vuelta


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3 de mayo de 2012

Evolución

En materia de estética no hay absolutos. Dicho más simple: sobre gustos, no hay nada escrito. Lo que para algunos es decididamente espantoso -se me cruzan algunos Recuerdo de...-, para otro es tan lindo que merece ser un regalo. Y la belleza recargada del barroco italiano está a kilómetros de la despojada belleza japonesa. La misma distancia hay entre un haiku y un soneto de Shakespeare.

Todos ejemplos cultos, lo sé. A propósito. Porque creo que la estética y el gusto por la belleza no tiene que ver solamente con riqueza o pobreza, sino también con cierta educación que ayuda a que el ojo, el oído, la sinestesia, encuentren sutilezas más allá de los colores primarios o las figuras geométricas. Se me presentó, mientras escribía esto, la imagen de los juegos de los niños más pequeños: brillo, formas definidas, colores llamativos...

El gusto, la estética, creo, también crecen y se desarrollan.
Necesitamos pedagogos.

3 comentarios:

Javi dijo...

totalmente de acuerdo, ayuda mucho entender para que te guste algo, me pasó por ejemplo con el tango.Una amiga me enseño los pasos básicos y me explicó el sentido del baile. A partir de ahí veo bailar tango a una pareja con otros ojos...

Pablete dijo...

Me pasa con el tango que me encanta verlo bailar -y me encantaría saber bailarlo-.

Me cuesta más cosa poética tanguera, aunque hay un par que me gustan mucho.
Y musicalmente, una vez fui al Cervantes a escuchar una orquesta típica y me voló la peluca: el sonido, la buena música, la acústica, la pasión de los que tocaban...

Fati Castells dijo...

Educar el ojo, el oído y cualquiera de nuestros sentidos para que sean capaces de captar las sutilezas. Totalmente! Ver en el sonido, palpar el arcoiris, olfatear un color...Y pienso en mi hijita y en cómo transmitirle todo esto. Es un desafío. La lectura, la música, el arte, las pequeñas grandes maravillas...frente a la vorágine de la cultura de lo inmediato, fácil, cool, vacío intelectual y espiritual, Tinelli como reflejo de una sociedad un poco enferma...ay! ay! Es un desafío.