Gente que se dio una vuelta


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5 de diciembre de 2011

Perdonen, pero no...

Entre las fotos e historias que circulan por la red, hay una que me da cierta risa: http://argentinoenusa.com/read-259.html

El relato es trágico, como corresponde: una chica sale de una fiesta, donde como corresponde, no tomó alcohol, como su madre le recomendó, sólo para morir atropellada por alguien que sí había bebido. 
Momento, momento: no me río de la muerte, sino de la "construcción moraloide": antes de morir, cual estrella malograda en película clase B, la niña en cuestión declama un testamento pletórico de bajada de línea, que es apuntado por un periodista (¿?) muy abrumado.

Más allá que la cuestión no resiste el menor análisis (si estaba tan grave, no creo que pudiera articular tantas cosas coherentes, para empezar...), es contraproducente: el miedo al otro -simbolizado en el otro que la atropella por haber hecho lo que para la víctima era malo-; el destino trágico e inevitable -¿para qué te vas a cuidar si te morís igual, preguntarían los chicos?; la moralina barata...

A mí, de chico, me asustaban con el viejo de la bolsa.
Casi lo mismo.

1 comentario:

Javier dijo...

Tal cual! muchas veces he visto que el mensaje por ahi quiere ser bueno (en este caso sería "chicos no tomen y manejen porq pueden matar a alguien") pero la pifian mal... me viene a la mente hace muchos años atras en un recital te entregaban preservativos en una campaña contra el sida, abrochados con un folleto(...abrochados por la mitad de forro...)