Gente que se dio una vuelta


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29 de diciembre de 2011

Frívolo

Me habían regalado un par de sandalias para Navidad. Como tenía otras más cómodas, fui a cambiar las por... unas Topper ¡Rojas!.

Ya sé que hay quienes han hecho cosas más arriesgadas en la vida, desde escalar el Aconcagua a darle un beso a la Tatcher, pero: ¿se entiende?. Soy yo, con Topper ¡Rojas!.

Son las viejas y clásicas, ochentosas, topper tennis, objeto de mi deseo adolescente. Cuando podía comprarlas me creía mil. Claro que en esa época sólo usaba las blancas, porque el uniforme del cole así lo pedía.

Hoy, cuando fui al negocio, confieso que las buscaba en azul o verde, mis colores. Ya había elegido, tenía las azules en las manos, me encaminaba a la caja y... ¡má sí, total son regalo!.

"Este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad", dijo Armstrong.

Ahora habrá que ver si las uso.

1 comentario:

Javi dijo...

Grande Pablete rolinga!!! Los gustos hay que darselos en vida viejo, tampoco es que te compraste unos taco aguja, no creo que las viejas chusmas del barrio vayan a cuchichear por tu osadia. A disfrutar y lucir su nuevo calzado!