No es la primera vez que sucede algo así. Ni son el único grupo religioso que se cierra a posibilidades de la ciencia. Eso que quede claro.

Personalmente, siendo un hombre religioso, entiendo hasta dónde pueden llegar las convicciones: no pocos cristianos, por caso, no dudaron en enfrentar la muerte por su fe.
En este caso, un adulto elige vivir y morir de acuerdo a sus convicciones morales, éticas y religiosas.
En Guyana, cerca de 900 personas se suicidaron en 1978 por orden de Jim Jones, su pastor.
Sí, sé, que la lectura de la biblia que este grupo religioso hace para negarse a la transfusión es anacrónica, descontextuada y fundamentalista y cerrada a cualquier intento de diálogo: si no son de los nuestros, son del enemigo. Lo he escuchado, me lo han dicho.
Ahí, entiendo, está la falla.