Gente que se dio una vuelta


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28 de abril de 2014

Quién sabe

Una idea que no me deja: lo abismal que puede ser la maldad humana. No hablo del mal puntual que a veces todos cometemos, en el que caemos de cuando en cuando. No. Pienso en lo insondable de personas que eligen hacer de su vida una vida al servicio del mal: narcos, tratantes de personas, criminales, abusadores, torturadores.

Redes de mal. Maldad que se mantiene y retroalimenta en el tiempo, que mancha y causa muerte a su paso, provoca vida indigna en los que toca.

Más de una vez me encuentro tratando de imaginar cuántas barreras hay que atravesar para anular la conciencia, hacer del otro un objeto, despersonalizarlo, deshumanizarlo y poder así ser mutilarlo en mil modos diferentes.

Decir que son todos sociópatas o psicópatas se me hace fácil. Pero ¿en qué momento abrimos las puertas, transamos con el mal y elegimos vivir en la oscuridad?

2 comentarios:

Kanene dijo...

Visité un vez el campo de concentración de Dachau. Sentía que mi cuerpo se rebelaba hasta llegar al vómito. !Se palpaba el sufrimiento! Sólo una cosa me tranquilizó: que mi hija fuera lo suficientemente niña para no preguntar demasiado. No sabía cómo explicarle lo despiadado que puede llegar a ser el ser humano con sus semejantes. Ahora tampoco lo sé, pero ella ha crecido y acepta mejor mis dudas.

Pablete dijo...

¡Qué lugares tremendos!
Visitando la ESMA (escuela de mecánica de la Armada), lugar de detención ilegal, tortura, muerte, y apropiación de bebés durante la última dictadura en Argentina, me pasó algo parecido. Como decís, se palpaba el sufrimiento. Un lugar horrendo por su historia, recuperado como espacio de Memoria... terrible.
http://robertotelopidoporfavor.blogspot.com.ar/2012/03/esma.html

Saludos, Kanene.