Gente que se dio una vuelta


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13 de febrero de 2013

Psicosomática de entrecasa

Lo que era una molestia pequeña en la garganta, entre ayer y hoy se convirtió en dolor. Me acordaba, mientras recurría a los remedios caseros que me aconsejaban, de algunos planteos (pseudo) científicos, psicosomáticos a ultranza, que asocian dolores o síntomas inmediatamente a algo oculto e inconsciente:
  • ¿te duele la garganta?: hay algo que no querés decir o que no podés tragar.
  • ¿te quebráste la pierna?: habrá, seguro, algún lugar al que no querés ir.
  • si es la espalda, hay demasiadas responsabilidades que te abruman.
  • si usás anteojos, deseás no ver algo
  • y si es el oído, obviamente: hay algo que querés desoír.
  • y el inefabilísimo: la bronca causa bronquitis (¿¡!?)

Es decir. Creo que hay mucho psicosomático, claro. Más de una vez los nervios me atenazan el estómago o la ansiedad me deja sin aire. Pero no me imagino que la cosa sea tan simplista, tan simplonamente simple.

A veces, muchas, un dolor de garganta, cabeza, espalda, es simplemente eso: un dolorcito, una molestia, un aviso para cuidarnos.

Si no, andaríamos perdidos en tanto oculto.

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