Gente que se dio una vuelta


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9 de julio de 2012

Casa tomada

Lo que iba a ser un trabajo de un fin de semana, ya lleva dos y no termina: el piso del living, lo comenté, comenzó a levantarse cual película de terror. OK, no tanto, pero los mosaicos se despegaban, elevaban y crujían ante mis ojos.

Para que se entienda: mi vida pasa por el living: leo, estudio, como, veo tele, recibo a quien viene a casa... todo menos dormir. Vino Lucio con José para hacer el trabajo: usan los fines de semana para la changa, ya que en la semana trabajan en una obra.

Corrimos los muebles, algo puse en la cocina, otro algo en la habitación, comenzó el destrozo. Pico y masa para sacar los mosaicos actuales y descubrir que la carpeta estaba mal hecha. Listo, sumáme un par de días más. Ommmm. Me propuse no hacerme problemas por el polvo, total se limpia cuando termine. Me propuse, digo.

Bien, termina el segundo domingo de unos días que me encuentran recluido en el dormitorio, comiendo sobre la cocina -no en, SOBRE-, sintiendo que hasta me cepillo los dientes con polvillo, con ganas de ponerme a gritar y romper un par de cosas.
Por suerte estoy medicado, vea.

1 comentario:

Sol dijo...

Ufffff, como te entiendo!!! porque yo tenía una gotera en la habitación, decidí arreglarla, 1º me recomendaron cambiar la membrana, es decír, ya no era simplemente tapar un agujerito... después me dijeron que lo conveniente era cambiar las chapas, y ya que estamos las vigas que se mancharon por la filtración de agua... resultado: hay que hacer un techo nuevo, por una gotita mínimisima que entraba... trabajo de días que implicará que me quede sin habitación por varios días... creo que gritaré y romperé todo!!!!