Gente que se dio una vuelta


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25 de enero de 2010

Lo uno y lo múltiple II; las gafas


Sigo. La cosa no es tan sencilla,y se hace evidente en el exterior y en el interior nuestro. Hoy estaba en terapia y le decía al doc: No soporto a la gente intolerante. Tres cuartos en serio, un cuarto en broma.
¿Por qué?. Porque el intolerante descalifica, ningunea, menosprecia; no puede/sabe/quiere admitir siquiera que hay una posibilidad, una alternativa, otro lugar desde el cual se puede mirar, sentir, opinar. Y lo terrible, me parece, es que ni siquiera se da cuenta: es intolerante y no lo sabe.
Y como no lo sabe, el otro, los otros, la "otreidad" misma le resulta ilusoria, a lo más, un error del percepción de otro que debe ser subsanado. Y lo peor, a mi entender, es que no es capaz de reconocer que tiene una postura tomada, que mira, dice, opina, habla, vive, desde un lugar.
Hacer un simple ejercicio ayuda a reconocer que miramos desde: pensar en nuestros anteojos, los imperceptibles, los que de tanto usarlos, ya no recordamos.
Van unos de los míos: varón, cristiano, argentino de Buenos Aires, con estudios universitarios, hermano.
Los/nos invito a enumerar los propios.

2 comentarios:

penelope134 dijo...

Veamos: Mujer. Argentina (aunque a regañiadientes, por la fama que tenemos). Hija. Con varias carreras comenzadas y no terminadas. Adoradora de felinitos. Aspirante a creativa. Ex-católica practicante, actual... indecisa. Anti-peronista. Cinéfila. Lectora empedernida.

Pablete dijo...

Y con un ojos (bah, dos) fotográfico que ni les cuento...