La capacidad interpretativa de las personas es genial. Mientras
creemos que el lenguaje es unívoco, nos perdemos la sutileza de las
metáforas, lo mordaz de las ironías, la proporción de las comparaciones,
las bodas imposibles en un oxímoron.
Claro que, a veces, las palabras quieren decir sólo lo que dicen:
-Me gustan las papas fritas
-Hace calor
-Tengo sed
-No me empujes
-Está lleno
-Te busco a las 10.
Entender los vocablos, lo que significan, no es entender, necesariamente.
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