Para abrazar algo, hay que soltar algo. La tendencia a acumular hace que no queramos soltar nada, renunciar a nada, dejar nada. Así no podemos estar libres, dispuestos para lo que está viniendo.
Para abrazar el heliocentrismo, hubo que renunciar a creer que la Tierra era el centro del universo. Para tener flores hay que soltar las semillas. Para nacer, es necesario dejar el útero y su seguridad. Para gozar de la pileta y nadar, hay que bancarse el chapuzón fresco.
No sé, me parece que cuesta soltar, morir... Por eso cuesta recibir.
3 de noviembre de 2012
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