Lo llamé ayer por teléfono para ver si podíamos armar el programa para hoy a la noche. Se excusó porque están rindiendo las integradoras y el jueves tiene examen. Pensé que, lógicamente, ya no le divierte un programa con el tío.
-Che, Fa, de veras. Vi unas zapatillas como las mías que te gustaban. ¿No preferís las zapas antes que juntarnos? ¿Qué te parece?
-No, comamos; en cuanto termine de rendir, te aviso.
Me dio tanto orgullo, me emocionó tanto que eligiese el tiempo compartido, que no puedo expresarlo. Fue una sensación cálida e inmensa.
A disfrutar.
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