Los viejos habían vuelto de un viaje a las Cataratas de Iguazú y en una punta papá hablaba del caos de Ciudad el Este mientras en la otra, mamá contagiaba a mi hermana para que se entusiasme y viaje.
Rocío cumplía 9 años y estaba contenta porque había adoptado un gatito mínimo. Facundo la cargaba, porque sí, porque son hermanos. Yo estaba muerto del sueño. El solcito primaveral, mi cuñado y su asado perfecto.
Momentos.
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