El hijo de unos amigos, 17 años, me mandó un correo electrónico. Va a un colegio ultracatólico y me planteó esta duda: una preguntita, que sé que de esto sabés. ¿Está mal visto el arte retórico? Porque sé que en mi colegio sí por los sofistas y todo eso, pero digo afuera, en el mundo real, ¿sigue mal visto?
Andá a saber qué le dijeron, qué entendió, qué mezcló de la retórica sofista, del arte retórico y no sé qué más. Lo que me dio risa y lágrimas, a la vez, es esa distinción tan clara entre el colegio, ese colegio suyo, y el mundo real. Y preguntaba porque le gusta el arte retórico, se ve abogado, aplastando al jurado con sus diatribas.
No sólo es consciente del efecto burbuja reforzada: colegio privado, zona norte de BsAs, religioso, de derecha religiosa, política, ideológica. Sino que está tan seguro -como yo- que eso no es el mundo real: ni en lo religioso, ni en lo político, ni en lo ideológico.
18 de septiembre de 2012
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2 comentarios:
Qué bueno que te preguntó!
¿Vos decís?
Andá a saber qué le respondí.
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