Disfrutemos el absurdo, el sinsentido, el payasesco y risible, denso y pesado momento en el que nos preguntamos desorbitados ¿qué? con muchas "ees"; cuando dudamos de haber entendido algo en algún momento o haber sido abducidos por alienígenas tartamudos.
Momentos que cada vez aparecen más a menudo, y que tienen la virtud de subvertir en un par de segundos meses de razones, búsqueda, intentos, acuerdos.
Momentos en los que Dios debe morir de la risa.
17 de septiembre de 2012
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