Me enorgullezco de mis "amigos" más chicos. Mucho más chicos. Como Pipe, que tiene dos y medio, y me invita a meterme debajo de la mesa con él. O Brenda, que viene corriendo a abrazarme y darme besos cuando nos encontramos. O "la Pitu", que conozco desde la panza de la madre. No me respeta, me saca la lengua, me mira amenazante, me ignora...
Ayer almorzaba en casa de la Pitu: me contaba que ahora usa cartuchera para el jardín, que lee muchas palabras, que el año que viene empieza primero. Peleábamos por el postre y por alguna pavada más, mientras con la madre cocinábamos.
-Pitu, ¿yo soy grande?
-No, mamá es grande, vos no.
Eso.
10 de septiembre de 2012
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