Sirvió de excusa para además salir con Facundo que ya tiene 14 años. Salida de varones, tío y sobrino, sin hermanas (suya o mía). Un pequeño periplo en colectivo desde Victoria hasta Palermo.
Era la primera vez que Facu veía teatro de veras: es decir, ni musical, ni programa de TV llevado al teatro, ni megaproducción. Un grupo de personas, en el escenario, haciendo de otras y nosotros creyéndoles. Llegamos, sacamos las entradas, esperamos un poco, saludamos al director y dieron sala. Era un placer escucharlo reírse, contarle por lo bajo algún detalle, mostrarle ese o aquel personaje que quedaba en segundo plano pero hacía algo que "robaba" escena.
Terminó la obra, saludamos a un par de conocidos, salimos...
-¿Te gustó?
-Sí, muy buena. Me gustó el de traje, el que hacía de empleado de cable, la mujer...
-Sí, muy buena. Me gustó el de traje, el que hacía de empleado de cable, la mujer...
-A mí me gustó mucho venir a verlos y que me acompañaras.
Charlamos un poco más en el colectivo a la vuelta. Me da gozo que descubra estas cosas que amplían horizontes. Me da gozo su compañía. Estos momentos tejen futuro, celebran el presente.
Somos afortunados.
Somos afortunados.
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