Unos dibujos animados desarrollaban un poco más las ¿historietas? que repetían, a lo largo de eras y épocas, los mismos personajes: Pedro, Flor, el Maestro, el Gordo, el Tiñoso...
Eran fines de los 70 o principios de los 80. En Argentina, aún estábamos atravesando la dictadura. Me acuerdo un fascículo que fue burdamente censurado: de las ocho viñetas que venían en cada página, cuatro de una página aparecieron cubiertas por un papel pegado encima, una publicidad de algo. Cada viñeta venía numerada y era claro que debajo de ese papel, había cuatro ocultas. Con paciencia y vapor, la fui despegando: no soportaba que se me ocultara parte del saber: eran unas críticas a la iglesia católica medieval o renacentista, no recuerdo bien.
Ese mínimo gesto de querer saber me sigue acompañando. En muchas oportunidades sigo despegando para ver más. No siempre es lindo, pero siempre es bueno.
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