Atiendo.
-Hola, ¿hablo con la radio?
Uf, qué alivio.
-No, te equivocaste de número
-¿No es la radio?
-No, ya te dije que estás equivocado.
-Perdón, buenas noches.
-No hay problemas, chau.
Vuelvo a la película que estoy mirando. Suena de nuevo.
-Hola, ¿hablo con la radio?
-No, te equivocaste de nuevo.
-Uy, perdón.
-Tá bien. Chau
No alcanzo a sentarme que ya está sonando.
-¿Es la radio?
-Sí, ¿qué querés?
-Llamo para pedir un tema.
-¿Cuál?
-Cualquiera de Los Nocheros.
-Dale, hasta luego.
-¡Gracias!
Sí, ya sé, no está bien mentir. Pero si no te das cuenta que las tres veces te atiende la misma persona, qué sé yo. Me parece que por más que te explique no vas a entender.
Me vuelvo a concentrar en la película. Pasa un rato y vuelve a sonar el teléfono.
-Hola. Ya con voz de "me cansaste".
-Sí, hola, ¿cuándo me van a pasar el tema?
Me doy por vencido.
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