"el que me abrió los ojos" (cap 9 del evangelio según Juan)
Al principio la luz molesta, por más que se la haya deseado. Ver/conocer/saber con la luz que trae atraviesa la pupila, el alma, la mente y se mete por lugares hasta entonces dormidos. Molesta. Duele, incluso. Se mueven esquemas adquiridos como inamovibles.
No hay vuelta atrás. Cuando ves algo claro es imposible volver atrás. No hay vuelta atrás, repito.
Es casi imposible pensar, mirar, sentir desde otro lugar. La venda cayó, desapareció la ceguera. Actuar de acuerdo a la visión nueva.
No quita que de a ratos den ganas de cerrar los ojos.
Eso sí: no permito que quien está ciego me diga cómo mirar.
He dicho.
4 de septiembre de 2013
"el que me abrió los ojos"
Etiquetas:
Anti pc,
Céteris rebus
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
O peor aún que el que ve igual que vos te pida que te hagas el distraído
O se ciega a propósito...
Publicar un comentario