Podemos combatir más y mejor un montón de enfermedades. Ya -casi- nadie muere de enfermedades que eran mortales en el siglo XIX. El conocimiento está al alcance de un teclado de computadora. Del disco de pasta pasamos al mp3. Del cine mudo, revolucionario, al 3D con sonido envolvente y no sé qué más. Del burro al avión hay una distancia sideral. Del hacha de pedernal a las armas químicas, años luz.
Más velocidad, más conocimiento, más salud, más tecnología.
Y el ser humano, más veloz, sano, con más salud y conocimiento, sigue dividido entre elegir el bien o el mal, sumar o restar, dar vida o quitarla.
Falta mucho camino. Vamos.
2 comentarios:
yo soy jóven, pero a mi no me engañes...
la vida seguro era mucho más dura sin microondas!
Y ni te cuento sin control remoto.
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