"...el espíritu humano tiende naturalmente a criticar porque siente, y no porque piensa..." Fernando Pessoa, El libro del desasosiego.
Me deslumbró esta definición de Pessoa. Me hizo pensar que está bueno ver cuánto de lo que criticamos surge de los apriori afectivos o emocionales. Como cuando, frente a un argumento racional que se da de bruces con los argumentos propios, descalificamos al otro porque es de derecha, izquierda, soberbio, idiota, mujer, varón, gay...
Lo sé porque lo hago y me lo hacen: si no estoy o estás de acuerdo, lo más fácil es, antes que argumentar, descalificar, proyectar, rebajar. Todo sea por no perder algo que no sabemos qué es.
Al fin y al cabo, nos gana -y pierde- il cuore.
1 de abril de 2013
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