"El que esté libre de pecado tire la primera piedra", dice el refrán bíblico.
Un modo de invitarnos no a no juzgar, sino a no juzgar sin juzgarnos antes. Algo similar a la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio. No niega la paja en el ojo ajeno, pide primero, atención a la viga propia.
Cuando renuncio a juzgar, renuncio a una capacidad y necesidad humana que tiene que ver con discernir, cribar, degustar, sopesar. No es ese tipo de no juicio, creo, lo que se busca. Sino, acaso, no pretender la inocencia absoluta.
¿Quién está tan limpio?
19 de abril de 2013
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