Cuando un oprimido se libera, si se convierte en opresor es peor aun que quien lo oprimía.
Pasa con los grupos desplazados o marginados; pasa con nosotros cuando no podemos reconciliar/nos.
En el fondo -o en la superficie-, de un modo u otro queremos imponer nuestras hegemonías.
Incluso la hegemonía de la tolerancia.
Sí, sumamos más contradicciones.
10 de julio de 2011
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