- Me pasa preguntarme por qué no pondremos la misma pasión cuando vemos por tele un chico que desnutrido-sorry por el lugar común-.
- Me pasa preguntarme cómo será la reacción de este señor si no le dan turno pronto en un hospital público.
- Me pasa preguntarme dónde está esa fuerza cuando se trata de trabajar por el bien común.
- Me pasa preguntarme cómo hacer para capitalizar esa ira para desandar tantas injusticias.
- Me pasa preguntarme de qué modo reconvertir esos gritos en algo más útil que un equipo.
Pero claro, debe ser porque el fútbol me interesa muy poco y por eso creo que hay cosas más importantes.
2 comentarios:
Paul, me parece que tiene que ver justamente con esto, con lo poco cerebral que tienen las pasiones y que pueden ponerse en lugares que para quien no la comparte pueden ser ridículas. Pero es difícil hacer una lectura mas allá de eso. La chica que llora desconsolada porque su cantante favorito salió al balcón del hotel a saludar, el pibe que hace 2 días de cola para ver su grupo de rock o paga fortuna por una entrada o el que hace 1000 km para ver un partido de fútbol son en varios casos acciones que a mi entender no pueden ser entendidas desde la razón.Lo digo porque alguna vez he llorado por fútbol y tal vez no por cosas mas importantes...
Sí, Javi, sé de qué hablás, claro...
Lo que quiero ver es si podemos, antes, después, en algún momento, poner un poco de luz, orden o cómo le quieras decir a esto y tantas otras cosas más.
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