El domingo pasado nació la segunda hija de mi sobrina mayor. Todo un circunloquio para no decir que nació mi segunda sobrina sobrina nieta, que suena peor. Como andaba con anginas y era un foco infeccioso caminante, no fue sino hasta hoy que la conocí: tres kilos de cosa pequeña, pelo renegrido, la piel esa que se le va cayendo a los recién nacidos...
Para los que ya cursamos la mitad de la vida y no tenemos hijos propios, la medida del paso del tiempo pasan a ser, creo, los hijos de los demás.
¿Cómo puede ser que fulano ya sea doctor, maestro, abogada, mamá, si me acuerdo que fuimos a verla cuando nació, o si le llevo tantos años o...?.
Sí, afrontémoslo: el tiempo nos pasa. Y está lindo. Aunque da vértigo.
22 de julio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Peor es que te digan Tío-Abuelo...
y si Pablete afrontémoslo, "estás viejo"
Es chiste amiguete, felicitaciones por la nueva integrante de la tribu y besos a toda la Flía.
Publicar un comentario